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a medida que se prepara al serafín para que vire hacia las corrientes de energía de los circuitos del universo. La apariencia exterior del serafín se vuelve alargada en ambos extremos y tan envuelta en una luz extraña de tonalidad ámbar que muy pronto es imposible distinguir a la personalidad enserafinada. Cuando todo esto está listo para su partida, el jefe de transporte hace la inspección apropiada del vehículo de vida, lleva a cabo las pruebas de rutina para asegurarse de que el ángel esté adecuadamente conectado a los circuitos, luego anuncia que el viajero está debidamente enserafinado, que las energías están ajustadas, que el ángel está aislado, y que todo está listo para el destello de partida. Los controladores mecánicos, dos de ellos, ocupan entonces su posición. Ya para este momento el serafín de transporte se ha vuelto una luminosidad brillante casi transparente, vibrante, en forma de torpedo. En este momento, el despachador de transporte del reino reúne las baterías auxiliares de los transmisores de energía viviente, generalmente mil de ellos; al anunciar el destino del transporte, toca el punto cercano del vehículo seráfico, que sale despedido hacia adelante con una velocidad como la del rayo, dejando una huella de luminosidad celestial hasta donde llega la vestimenta atmosférica planetaria. En menos de diez minutos este maravilloso espectáculo se desvanece aun de la vista seráfica reforzada.

      39:5.15 (439.1) Aunque los informes planetarios espaciales se reciben al mediodía en el meridiano de la sede espiritual designada, los transportadores son despachados de este mismo lugar a la medianoche. Ésa es la hora más favorable para la partida y la hora normal cuando no se lo especifica de otra manera.

      39:5.16 (439.2) 6. Los Registradores. Estos son los custodios de los asuntos principales del planeta, en sus funciones como parte del sistema, y en relación con y concerniente al gobierno del universo. Actúan para registrar los asuntos planetarios pero no se ocupan de los asuntos de la vida y existencia individual.

      39:5.17 (439.3) 7. Las Reservas. El cuerpo reservista de Satania de serafines planetarios se mantiene en Jerusem en estrecha asociación con las reservas de los Hijos Materiales. Estas reservas abundantes proveen para toda fase de las múltiples actividades de esta orden seráfica. Estos ángeles son también los mensajeros personales de los sistemas locales. Sirven a los mortales en transición, a los ángeles, y a los Hijos Materiales así como a otros domiciliados en la sede central del sistema. Aunque Urantia está, actualmente, fuera de los circuitos espirituales de Satania y de Norlatiadek, estáis en contacto íntimo con los asuntos interplanetarios, puesto que estos mensajeros de Jerusem vienen frecuentemente a este mundo así como también a todas las demás esferas del sistema.

      39:6.1 (439.4) Como su nombre podría indicarlo, los serafines de ministerio transicional sirven dondequiera que puedan contribuir a la transición de la criatura del estado material al estado espiritual. Estos ángeles sirven desde los mundos habitados hasta las capitales de sistema, pero los que están en Satania presentemente dirigen sus más grandes esfuerzos hacia la educación de los mortales sobrevivientes en los siete mundos de estancia. Este ministerio se diversifica de acuerdo con las siguientes siete órdenes de asignación:

      39:6.2 (439.5) 1. Evangelistas Seráficos.

      39:6.3 (439.6) 2. Intérpretes Raciales.

      39:6.4 (439.7) 3. Planificadores de la Mente.

      39:6.5 (439.8) 4. Consejeros Morontiales.

      39:6.6 (439.9) 5. Técnicos.

      39:6.7 (439.10) 6. Registradores-Maestros.

      39:6.8 (439.11) 7. Reservistas Ministrantes.

      39:6.9 (439.12) Aprenderéis más acerca de estos ministros seráficos de los ascendentes transicionales en relación con los relatos que corresponden a los mundos de estancia y a la vida morontial.

      39:7.1 (440.1) Estos ángeles no ministran excepto en los reinos más antiguos y en los planetas más avanzados de Nebadon. Grandes números de ellos se mantienen en reserva en los mundos seráficos cerca de Salvington, donde se ocupan de actividades relacionadas con los futuros albores de la edad de luz y vida en Nebadon. Es verdad que estos serafines funcionan en relación con la carrera de los mortales ascendentes, pero sirven casi exclusivamente a aquellos mortales que sobreviven mediante alguna orden modificada de ascensión.

      39:7.2 (440.2) Ya que estos ángeles no se ocupan directamente ni de Urantia ni de sus habitantes, se considera conveniente abstenerse de describir sus fascinadoras actividades.

      39:8.1 (440.3) Los serafines se originan en los universos locales, y en estos mismos reinos de su natividad algunos alcanzan el destino de servicio. Con la ayuda y el consejo de los arcángeles decanos, algunos serafines pueden ser elevados a las tareas excelsas de Brillantes Estrellas Vespertinas, mientras que otros alcanzan el estado y servicio de los coordinados no revelados de las Estrellas Vespertinas. También se pueden intentar otras aventuras de destino en el universo local, pero Serafington siempre es el objetivo eterno de todos los ángeles. Serafington es el umbral angélico al Paraíso y al alcance de la Deidad, la esfera de transición del ministerio del tiempo al servicio excelso de la eternidad.

      39:8.2 (440.4) Los serafines pueden alcanzar el Paraíso en decenas o centenares de maneras, pero las más importantes mencionadas en estas narrativas son las siguientes:

      39:8.3 (440.5) 1. Ser admitido a la morada seráfica del Paraíso en calidad de persona mediante el alcance de la perfección en un servicio especializado tal como artesano celestial, Consejero Técnico, o Registrador Celestial. Tornarse Compañero Paradisiaco y, habiendo alcanzado de esta manera el centro de todas las cosas, tal vez entonces volverse ministro eterno y consejero para las órdenes seráficas y otras.

      39:8.4 (440.6) 2. Ser convocado a Serafington. Bajo ciertas condiciones los serafines son convocados a las alturas; en otras circunstancias los ángeles a veces alcanzan el Paraíso en un período de tiempo mucho más corto que los mortales. Pero aunque un par seráfico sea altamente adecuado, no puede iniciar la partida hacia Serafington ni a ningún otro lado. Sólo los guardianes del destino triunfantes están seguros de proceder hacia el Paraíso por el sendero progresivo de ascensión evolucionaria. Todos los demás deben aguardar pacientemente la llegada de los mensajeros del Paraíso de los supernafines terciarios que traen la convocación que les manda aparecer en las alturas.

      39:8.5 (440.7) 3. Alcanzar el Paraíso por la técnica evolucionaria mortal. La elección suprema de los serafines en la carrera del tiempo es el puesto de ángel guardián para poder alcanzar la carrera de finalidad y calificar para la asignación a las esferas eternas del servicio seráfico. Estos guías personales de los hijos del tiempo se llaman guardianes del destino, lo cual significa que protegen a las criaturas mortales en el camino del destino divino, y que al hacer así determinan su propio destino elevado.

      39:8.6 (440.8) Se seleccionan los guardianes del destino de las filas de las personalidades angélicas más expertas de todas las órdenes de serafines que han calificado para este servicio. Todos los mortales sobrevivientes del destino de fusión con el Ajustador tienen guardianes temporales asignados a ellos, y estos asociados pueden ser asignados permanentemente cuando los sobrevivientes mortales alcanzan el necesario desarrollo intelectual y espiritual. Antes de que los ascendentes mortales abandonen los mundos de estancia, todos ellos tienen asociados seráficos permanentes. Este grupo de espíritus ministrantes se describe en los relatos sobre Urantia.

      39:8.7 (441.1) No es posible para los ángeles alcanzar a Dios desde el nivel de origen humano, porque son creados un «poco más alto que vosotros»; pero se ha dispuesto sabiamente que, aunque no puedan comenzar desde abajo, desde las tierras espirituales inferiores de la existencia mortal, pueden bajar a ellas hacia los que sí comienzan allí su carrera y pilotear a estas criaturas, paso a paso, de un mundo a otro, hasta las puertas de Havona. Cuando los mortales ascendentes abandonan Uversa para comenzar los círculos de Havona, aquellos guardianes de asignación subsiguiente a

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