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Los amantes de su madre pagaban todos sus gastos y una vez que terminaban su relación, sus fondos se agotaban.

      Levantó la vista y vio que había llegado a la posada. Entró. Suspiró y se resignó ante la situación. Dio un pequeño agradecimiento por estar en una amplia suite con un sofá. Cuando entró en la posada se dio cuenta de que Cooper ya no se encontraba allí. Una joven mujer con cabello corto negro, ojos purpúreos y una sonrisa alegre, la saludó. “Hola, soy Olivia. ¿Cómo puedo ayudarle?”.

      Le tomó un minuto a Amethyst superar la decepción de que Cooper no la ayudaría. No era que le importara, pero no podía negar su atracción hacia él. Había esperado tener otra conversación con él.

      “Oh, pensé que Cooper se encontraba trabajando”.

      Olivia asintió sin que su sonrisa dejara su rostro. “Oh, él está…o estaba, debería decir. Tuvo una emergencia con su papá, por lo que me llamó para que me encargara. ¿Usted es una de nuestros huéspedes?”.

      “Oh. Lo siento, sí. Soy Amethyst Keane. Estoy en la habitación número trece. Necesitaba hacerle saber que mi madre, Lyoness Keane llegará mañana. Si no estoy aquí cuando ella llegue, ¿puede asegurarse de que reciba una llave de mi habitación?”

      “Oh, por supuesto, dejaré una nota en nuestra computadora. ¿Hay algo más que necesite?”. Olivia anotó la información en una nota adhesiva amarilla y la colocó en el monitor de la computadora.

      Ella realmente quería saber qué estaba ocurriendo con Cooper y su papá, por lo que añadió: “¿el papá de Cooper se encuentra bien? Lo siento, creo que eso es algo demasiado personal”. No debería estar entrometiéndose en los asuntos de Cooper. “En ocasiones no puedo evitar mi naturaleza curiosa”.

      Olivia agitó sus manos en un gesto desdeñoso. “Oh, estoy segura que el Sr. Marchant se encuentra bien. Hace un año se retiró, cuando la mamá de Cooper falleció. Vive solo en la casa de Ghost Peak. De seguro se quedó atrapado en su techo. El viento derribó su escalera o algo así. Por fortuna tenía su teléfono celular en su bolsillo y llamó a Cooper por ayuda”.

      ¿Ghost Peak? Ese lugar parecía interesante, así que Amethyst preguntó: “Oh, es un nombre fascinante. ¿Por qué se llama así?”.

      “Se rumora que es el sitio donde Easton Hill le pidió matrimonio a Marianne Trenton. Además de esta posada, la leyenda dice que cada año, en el día en que se lo propuso a ella, él se aparece”.

      Amethyst podía sentir la emoción que empezaba a surgir en su interior. Había escuchado algunas historias de fantasmas acerca del pueblo. Ese fue uno de los motivos de que lo hubiera elegido para su próximo viaje. Quería obtener más información de parte de Olivia, pero se contuvo. “Guau, ¿es cierto? ¿Cree usted que el Sr. Marchant me permitiría visitarlo?”.

      Olivia asintió con la cabeza. “No veo por qué no. Adora la compañía, especialmente porque está solo la mayor parte del tiempo. Además de Cooper, solo son él y su golden retriever, Molly. Probablemente le gustará que usted lo visite”.

      Amethyst no pudo contener su emoción e hizo más preguntas a ritmo veloz. “Maravilloso, ¿Cree que esté bien que lo visite esta noche? ¿Cree que debo llamar primero? ¿Me daría las instrucciones para llegar a Ghost Peak?”.

      Una enorme carcajada llenó el lugar mientras Olivia se cubría el pecho con su mano. “No, tan solo vaya. Es probable que Cooper siga allá. Espere un minuto y anotaré las instrucciones para llegar. Es una larga caminata, pero la vista es impresionante y vale la pena”.

      Olivia continuó escribiendo algunos detalles de las instrucciones para llegar. La caminata anterior no había salido como originalmente pretendía que fuera, pero en ocasiones era mejor no planificar las cosas. Con la ayuda de Olivia, ya tenía el tema principal de su historia. Tal vez incluso podría acortar su visita y regresar a casa. Su madre seguramente la seguiría, de cualquier manera…

      Se encargaría del asunto con su madre cuando llegara. No había razón para estresarse en este momento. Había cosas más importantes por investigar y explorar. Estaba a punto de tener la primera experiencia con la leyenda de Easton Hill. No podía esperar ver el lugar donde existía el rumor de que se había comprometido a su esposa, Marianne.

      Olivia tomó el papel y se lo entregó a Amethyst. “Aquí tiene. Fue un placer conocerla, Amethyst. Buena suerte”.

      Amethyst asintió con la cabeza, mientras decía a Olivia: “gracias por toda su ayuda. Que tenga una linda tarde”.

      Después dio la vuelta y salió de la posada. Nada como el primer indicio de una historia para hacer que su sangre se sacudiera con entusiasmo, y con paso rápido empezó a caminar por la ruta que Olivia había indicado en la nota. Pronto empezaría a reunir los detalles de este fantasma del pueblo y de la rica historia que lo convertía en una leyenda.

      CAPÍTULO CUATRO

      Cooper acababa de poner la escalera en el cobertizo cuando vio a Amethyst caminando hacia la casa. Se detuvo un minuto para apreciar lo bella que se veía con el viento soplando su cabello. Su intento de retirarlo había sido fallido debido al día ventoso. Los finos mechones soplaban sin rumbo por su rostro, mientras caminaba por el sendero que conducía al porche delantero. ¿Qué la había conducido hasta él? Tal vez era la chica que había esperado encontrar un día. Sabía algo de seguro; está más que dispuesto por averiguarlo. Cooper creía en su corazón que ella era especial.

      Llegó a los escalones y llamó a la puerta principal. Su papá, Roman Marchant abrió la puerta y la saludó. Finalmente su padre se encontraba bien y podía mostrar un semblante de felicidad. La madre de Cooper había tenido una larga lucha contra la leucemia y hacía un año que había perdido la batalla. La pérdida había devastado a su padre. Su oscuro cabello ahora tenía vetas grises y sus ojos azules tenían una tristeza que nunca antes habían tenido. Le había costado mucho seguir adelante sin su amada esposa. Ayudaba que el mejor amigo de su padre, Nicholas Drake pasara el verano en el pueblo. Después de haberse lesionado en el trabajo, Nicholas buscó un lugar para recuperarse y North Point era un buen lugar, como cualquiera. Pronto llegaría.

      Cooper caminó hacia la puerta trasera y entró a la casa. Pasó por la cocina y llegó al frente de la casa donde podía escuchar a su padre, mientras se aproximaba. “No, está bien. Por favor, entre. No tenemos muchas visitas por aquí, especialmente tan encantadoras como usted”.

      Cooper tomó eso como la señal para entrar a la habitación. “¿Quién está aquí, papá?”.

      Roman llevó su mano al pecho fingiendo un susto. “Cooper no deberías acercarte así sigilosamente a un anciano. Podrías haberme provocado un ataque al corazón”.

      Cooper puso los ojos en blanco, ignorando el intento de humor de su padre. “Estoy seguro de que estarás bien, papá”. Miró rápidamente a Amethyst. “Además estás muy lejos de ser un anciano”. Ella comenzó a arrastrar sus pies mientras los miraba intercambiar palabras. Cooper pensó que se veía absolutamente adorable al morderse el labio inferior mientras los observaba. “Hola, Amethyst, ¿qué haces aquí?”.

      Ella puso su atención en él. “Esperaba dar una vuelta por Ghost Peak Island. Mmmh, bueno también me preguntaba si podías señalarme exactamente hacia dónde encontrarla”.

      Su padre se unió a la conversación con una mirada confusa en su rostro. “No sabía que se conocían ustedes dos”.

      Cooper miró a su padre y contestó: “Amethyst es huésped en la posada. Nos conocimos esta mañana cuando se registró”.

      Roman sonrió a Amethyst, mostrando orgullo en sus ojos. “Tiene un gusto maravilloso, querida. Trenton-Hill Inn es el mejor lugar para hospedarse en Michigan”.

      Cooper se rió de la presunción de su padre. “Simplemente es prejuicioso porque ha estado en la familia por generaciones”.

      Amethyst asintió con la cabeza. “No lo culpo. Yo estaría emocionada también si mi familia tuviera un valioso pasado. En verdad es una posada hermosa. He viajado a muchos lugares. Algunos inclusive exóticos y su posada

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