Аннотация

El volumen de Mega Square Zapatos se centra en la historia del zapato y eleva este objeto a la categoría de obra de arte. El autor es un destacado experto en la materia, así como el máximo responsable del Museo del Zapato de Francia, que cuenta con la mayor colección de zapatos del mundo, con 12.000 ejemplares. El título de Mega Square Zapatos presenta un tema diferente y apasionante en un formato práctico y compacto que lo convierte en un regalo perfecto.

Аннотация

El volumen de Mega Square Escultura abarca más de 23.000 años y contiene más de 120 ejemplos de las esculturas más hermosas del mundo, desde el arte prehistórico y las estatuas egipcias hasta las obras de Miguel Ángel, Henry Moore y Niki de Saint-Phalle. Describe la gran variedad de materiales empleados y la evolución de los estilos a lo largo de los siglos, así como las peculiaridades de los principales escultores. Su formato práctico y compacto lo convierte en un regalo ideal.

Аннотация

La obra de Egon Schiele es tan particular que se resiste a la categorización. Admitido en la Academia Vienesa de las Bellas Artes cuando apenas contaba con dieciséis años, fue un artista de extraordinaria precocidad, cuya consumada habilidad en la manipulación de las líneas le dio a sus obras una tersa expresividad. Profundamente convencido de su propia importancia como artista, Schiele logró más en su corta existencia que muchos otros artistas en toda una vida. Sus raíces se encontraban en los Jugendstil del movimiento de Secesión vienés. Como toda una generación, cayó bajo la abrumadora influencia de los más carismáticos y celebrados artistas vieneses, como Gustav Klimt. A su vez, Klimt reconoció el gran talento de Schiele y apoyó al joven artista, que en sólo un par de años ya se alejaba del estilo sensual decorativo de su mentor. Alrededor de 1910, Schiele comenzó un periodo de intensa creatividad, embarcado en una estoica exposición de la forma humana, entre la que incluía la suya propia, tan penetrante que es evidente que examinaba una anatomía más psicológica, espiritual y emocional que física. Pintó muchos paisajes de pueblos y campos, hizo retratos formales y trató temas alegóricos, pero fueron sus trabajos más francos en papel, muchos de los cuales son abiertamente eróticos, junto con su tendencia a usar modelos menores de edad, lo que hizo que Schiele fuera vulnerable a al censura moral. En 1912, fue encarcelado por sospecha de una serie de delitos entre los que se incluía el secuestro, la violación y la inmoralidad pública. Los cargos más graves terminaron por retirarse (todos excepto el de inmoralidad pública) pero Schiele pasó aproximadamente tres semanas terribles en prisión. Los círculos expresionistas alemanes dieron una recepción poco entusiasta a los trabajos de Schiele. Su compatriota Kokoschka obtuvo un éxito mayor entre ellos. Aunque admiraba a los artistas de Munich de Der Blaue Reiter, por ejemplo, ellos lo rechazaron. Más tarde, durante la Primera Guerra Mundial, su obra se volvió mejor conocida y en 1916, apareció en un ejemplar de la revista Berlinesa expresionista de izquierda, Die Aktion. Schiele era como un gusto adquirido. Desde muy joven se le consideró un genio. Esto le ganó el apoyo de un pequeño grupo de sufridos coleccionistas y admiradores, pero aún así, durante varios años de su vida, sus finanzas fueron precarias. Con frecuencia estaba endeudado y en ocasiones se veía obligado a usar materiales baratos, pintando en papel para envolver o en cartón, en lugar de papel especial o en lienzos. No fue sino hasta 1918 que disfrutó de su primer éxito público sustancial en Viena. Por desgracia, poco después él y su esposa Edith fueron víctimas de la epidemia de influenza de 1918, la misma que acabó con Klimt y con millones de personas más, y murieron uno a los pocos días del otro. Schiele tenía sólo veintiocho años de edad.

Аннотация

“Y a conocía a Diego Rivera, el muralista mexicano, mucho antes de encontrarme con los otros “Diego Rivera” que circulaban por el mundo entre principios del siglo XX y finales de la década de los 50. (…) Mientras que sus pinturas de caballete constituyen un amplio corpus dentro de su obra temprana y tardía, sus murales únicos hacen estallar las paredes en una explosión de representaciones de gran virtuosismo cuya organización conmociona la mente del espectador. En esas paredes se juntan el hombre, su leyenda y sus mitos, su talento técnico, su intensa focalización sobre la narración de la Historia y sus convicciones ideológicas propensas a la autoindulgencia.” (Gerry Souter). Gerry Souter, autor del excelente libro Frida Kahlo, hace a un lado su gran admiración por Diego Rivera para darle al artista una dimensión humana, basada en sus opiniones políticas, sus amoríos y su convicción de que “en lo profundo de su ser (…) estaba México, el lenguaje de sus pensamientos, la sangre en sus venas, el cielo azul por encima de su lugar de reposo.”

Аннотация

Pierre-Auguste Renoir nació en Limoges, el 25 de febrero de 1841. En 1854, sus padres lo sacaron de la escuela y le consiguieron un sitio en el taller de los hermanos Lévy, donde aprendió a pintar porcelana. El hermano menor de Renoir, Edmond, opinó al respecto: “A partir de lo que pintaba al carbón en las paredes concluyeron que tenía habilidad para las artes. Así fue como nuestros padres lo pusieron a aprender el oficio de pintor de porcelana”. Uno de los trabajadores de los Lévy, Emile Laporte, pintaba al óleo en su tiempo libre. Él le sugirió a Renoir que usara sus lienzos y pinturas. Este ofrecimiento tuvo como resultado la primera pintura del futuro impresionista. En 1862, Renoir pasó sus exámenes, ingresó en la Escuela de Bellas Artes y, al mismo tiempo, en uno de los estudios independientes donde enseñaba Charles Gleyre, un profesor de la Escuela. El segundo, o tal vez incluso el primero de los grandes sucesos de este periodo en la vida de Renoir fue reunirse, en el estudio de Gleyre, con aquellos que se convertirían en sus mejores amigos durante el resto de su vida y que compartirían sus ideas sobre el arte. Mucho tiempo después, cuando ya era un artista maduro, Renoir tuvo la oportunidad de ver obras de Rembrandt en Holanda, de Velázquez, Goya y El Greco en España y de Rafael en Italia. Sin embargo, Renoir vivió y respiró la idea de un nuevo tipo de arte. Siempre encontró inspiración en el Louvre. “Para mí, en la era de Gleyre, el Louvre era Delacroix”, le confesó a su hijo. Para Renoir, la primera exhibición impresionista fue el momento en que se afirmó su visión del arte y del artista. Este periodo de la vida de Renoir estuvo marcado por otro acontecimiento significativo. En 1873 se mudó a Montmartre, a la casa número 35 de Rue Saint-Georges, donde vivió hasta 1884. Renoir siguió siendo leal a Montmartre durante el resto de su vida. Aquí encontró sus temas “plein-air”, sus modelos y hasta su familia. Fue en la década de 1870 cuando Renoir conoció a los amigos que lo acompañarían el resto de su vida. Uno de ellos fue el comerciante de arte Paul Durand-Ruel, que comenzó a comprar sus pinturas en 1872. En verano, Renoir siguió pintando muchas escenas de exteriores, junto con Monet. Viajó a Argenteuil, donde Monet alquiló una casa para su familia. Edouard Manet también trabajaba con ellos algunas veces. En 1877, en la tercera exhibición impresionista, Renoir presentó un panorama de más de veinte pinturas entre las que se encontraban paisajes creados en París, en el Sena, fuera de la ciudad y en los jardines de Claude Monet; estudios de cabezas femeninas y ramos de flores; retratos de Sisley, de la actriz Jeanne Samary, del escritor Alphonse Daudet y del político Spuller; además de las obras El columpio y El baile en el Moulin de la Galette. Finalmente, en la década de 1880, Renoir entró en una racha de buena suerte. Unos ricos empresarios, el propietario de Grands Magasins du Louvre y el senador Goujon, le encargaron unos trabajos. Sus pinturas se exhibieron en Londres y Bruselas, así como en la Séptima Exhibición Internacional llevada a cabo en la galería de Georges Petit en París, en 1886. En una carta a Durand-Ruel, que entonces se encontraba en Nueva York, Renoir escribió: “Ya se inauguró la exhibición de Petit y no va tan mal, o al menos eso dicen. Después de todo, es difícil juzgarse a sí mismo. Creo que he logrado dar un paso para ganar el respeto del público. Es un pequeño paso, pero es algo”.

Аннотация

Rafael fue el artista más parecido al gran escultor Pheidias. Los griegos decían que este último no había inventado nada, pero fue capaz de llevar cada tipo de arte inventado por sus predecesores a tal cúspide, que logró alcanzar la armonía pura y perfecta. Estas palabras, “armonía pura y perfecta”, expresan, de hecho, mejor que cualquier otra, lo que Rafael llevó al arte italiano. De Perugino tomó toda la delicada gracia y sutileza de la escuela de Umbria, adquirió la fuerza y la certidumbre en Florencia, y creó un estilo basado en la fusión de las lecciones de Leonardo y de Miguel Ángel a la luz de su propio espíritu noble. Sus composiciones sobre el tema tradicional de la Virgen y el Niño les parecieron a sus contemporáneos intensamente novedosas, y sólo su gloria consagrada evita que percibamos en la actualidad su carácter original. Logró un trabajo aún más sorprendente en la composición y la realización de los frescos con los que, desde 1509, adornó las Stanze y la Loggia en el Vaticano. La cualidad de lo sublime, que Miguel Ángel alcanzó a través de su fervor y su pasión, Rafael la logró mediante un dominio del equilibrio entre la inteligencia y la sensibilidad. Una de sus obras maestras, La escuela de Atenas, fue decididamente hija de su genio: los diversos detalles, las cabezas, la suavidad del gesto, la facilidad de la composición, la vida que circula por todas las partes iluminadas son sus rasgos más característicos y admirables.

Аннотация

Picasso era español y por eso, según dicen, comenzó a dibujar antes que a hablar. Cuando niño, se sintió atraído de manera instintiva hacia las herramientas del artista. En sus primeros años pasaba horas en feliz concentración dibujando espirales con un sentido y un significado que sólo él conocía. Otras veces dejaba de lado sus juegos infantiles para trazar sus primeras imágenes en la arena. Tan temprana expresión artística encerraba la promesa de un raro don. No hay que olvidar hacer mención de Málaga, pues fue ahí donde, el 25 de octubre de 1881, nació Pablo Ruiz Picasso, y fue ahí donde pasó los primeros diez años de su vida. El padre de Picasso era pintor y profesor en la Escuela de Bellas Artes y Oficios. Picasso aprendió de él los rudimentos del entrenamiento académico formal en arte. Luego fue a estudiar a la Academia de las Artes en Madrid, pero no se graduó. Antes de cumplir los dieciocho años había llegado al punto de mayor rebeldía; repudió la estética anémica de la academia junto con la prosa pedestre del realismo y, naturalmente, se unió a aquellos artistas y escritores que se llamaban a sí mismos modernistas, a los inconformistas, aquellos a los que Sabartés llamó “la élite del pensamiento catalán” y que se habían agrupado en torno al café de artistas Els Quatre Gats. Durante 1899 y 1900 los únicos temas que Picasso consideró meritorios fueron aquellos que reflejaban la “verdad final”, la fugacidad de la vida humana y la inevitabilidad de la muerte. Sus primeras obras, agrupadas bajo el nombre de “Periodo Azul” (1901-1904), consisten en pinturas con matices azulados y fueron el resultado de la influencia de un viaje que realizó por España y de la muerte de su amigo Casagemas. Aunque Picasso mismo insistió varias veces en la naturaleza subjetiva e interna de su Periodo Azul, su génesis y, en especial, el azul monocromático se explicaron durante muchos años como el simple resultado de varias influencias estéticas. Entre 1905 y 1907, Picasso inició un nuevo periodo, conocido como el “Periodo Rosa”, que se caracterizó por un estilo más alegre con colores rosados y anaranjados. En Gosol, en el verano de 1906, la forma del desnudo femenino asumió una importancia extraordinaria para Picasso; identificó una desnudez despersonalizada, original y simple con el concepto de “mujer”. La importancia que los desnudos femeninos tendrían para Picasso en cuanto a temática durante los siguientes meses (en el invierno y la primavera de 1907) se hizo patente cuando creó la composición de una pintura grande titulada Las señoritas de Aviñón. De la misma manera que el arte africano se considera como el factor que llevó al desarrollo de la estética clásica de Picasso en 1907, las lecciones de Cézanne se perciben como la piedra angular de este nuevo avance. Esto se relaciona, en primer lugar, con la concepción espacial del lienzo como una entidad compuesta, sujeta a un determinado sistema de construcción. Georges Braque, a quien Picasso conoció en el otoño de 1908 y con quien encabezó el movimiento cubista durante los seis años de su apogeo, quedó asombrado por la semejanza que los experimentos pictóricos de Picasso guardaban con los suyos. En cierto momento, explicó: “La dirección principal del cubismo era la materialización del espacio”. Después de su periodo cubista, en la década de 1920, Picasso volvió a un estilo artístico más figurativo y se acercó más al movimiento surrealista. Representó cuerpos monstruosos y distorsionados, pero en un estilo muy personal. Después del bombardeo de Guernica en 1937, Picasso creó una de sus obras más famosas, que se convirtió en símbolo crudo de los horrores de esa guerra y, de hecho, de todas las guerras. En la década de 1960, su estilo artístico cambió de nuevo y Picasso comenzó a volver la mirada al arte de los grandes maestros y a basar sus pinturas en la obra de Velázquez, Poussin, Goya, Manet, Courbet y Delacroix. Los últimos trabajos de Picasso fueron una mezcla de estilos que dio lugar a una obra más colorida, expresiva y optimista. Picasso murió en 1973, en su villa de Mougins. El simbolista ruso Georgy Chulkov escribió: “La muerte de Picasso es una tragedia. Sin embargo, aquellos que creen que pueden imitar a Picasso y aprender de él son ciegos e inocentes. ¿Aprender qué? Estas formas no tienen una contraparte emocional fuera del infierno, pero estar en el infierno significa anticipar la muerte. Los cubistas difícilmente cuentan con un conocimiento tan ilimitado”.

Аннотация

El concepto de desnudo puede llevar de la mano connotaciones fundamentales diferentes, en tanto que el cuerpo sin ropa es susceptible de suscitar sensaciones tanto de placer como de vergüenza, sirviendo como símbolo de ideas contradictorias: la belleza y la indecencia. Este libro está dedicado a representaciones de desnudos realizadas por grandes artistas de todos los tiempos, desde la antigüedad y el Renacimiento italiano al Impresionismo francés y el arte contemporáneo, de Botticelli y Miguel Ángel a Cézanne, Renoir, Picasso y Botero. Este libro, de bella factura, reúne una colección que hará las delicias de todos los amantes del arte.

Аннотация

Para Claude Monet, el que se le considerara “impresionista” fue siempre un motivo de orgullo. A pesar de todas las críticas que se han hecho a su trabajo, siguió siendo un verdadero impresionista hasta el final de su muy larga vida. Lo era por convicción profunda y, por el impresionismo, pudo haber sacrificado muchas otras oportunidades que su inmenso talento le ofrecía. Monet no pintaba composiciones clásicas con figuras y nunca fue retratista, aunque su entrenamiento profesional incluía estas habilidades. Eligió un solo género y lo hizo suyo: el paisajismo, y en él logró un grado de perfección que ninguno de sus contemporáneos pudo conseguir. Sin embargo, cuando era niño, comenzó por dibujar caricaturas. Boudin aconsejó a Monet que dejara de hacer caricaturas y se dedicara a los paisajes. El mar, el cielo, los animales, las personas y los árboles son hermosos en el estado en que la naturaleza los creó, rodeados de aire y luz. De hecho, fue Boudin quien trasmitió a Monet su convicción de la importancia de trabajar al aire libre, que a su vez, Monet transmitiría a sus amigos impresionistas. Monet no quiso asistir a la Escuela de Bellas Artes. Eligió estudiar en una escuela privada, L’Académie Suisse, fundada por un ex-modelo en Quai d’Orfèvres, cerca del puente Saint-Michel. Ahí era posible dibujar y pintar modelos vivos por una tarifa modesta. Ahí conoció también al futuro impresionista Camille Pissarro. Más tarde, en el estudio de Gleyre, Monet conoció a Auguste Renoir, Alfred Sisley y Frédéric Bazille. Monet consideraba muy importante presentar a Boudin a sus nuevos amigos. También le habló a sus amigos de otro pintor que había encontrado en Normandía. Se trataba del holandés Jongkind. Sus paisajes estaban saturados de color y su sinceridad, que en ocasiones rayaba en inocencia, combinaba la sutil observación de la naturaleza cambiante de la costa normanda. En aquella época, los paisajes de Monet aún no se caracterizaban por una gran riqueza de color. Más bien recordaban las tonalidades de pinturas de los artistas de la escuela de Barbizon y las marinas de Boudin. Compuso un rango de colores basados en amarillo a marrón o en azul a gris. En la tercera exhibición impresionista en 1877, Monet presentó una serie de pinturas por primera vez: siete vistas de la estación ferroviaria de Saint-Lazare. Las seleccionó entre doce que había pintado en la estación. Este motivo en el trabajo de Monet es coherente no sólo con la obra Chemin de fer (El ferrocarril) de Manet y con sus propios paisajes en los que aparecían trenes y estaciones en Argenteuil, sino también con una tendencia que surgió tras la aparición de los primeros ferrocarriles. En 1883, Monet compró una casa en el poblado de Giverny, cerca del pequeño pueblo de Vernon. En Giverny, pintar series se convirtió en una de sus ocupaciones principales. Los prados se convirtieron en su lugar de trabajo permanente. Cuando un periodista que había llegado desde When Vétheuil a entrevistar a Monet le preguntó dónde estaba su estudio, el pintor le respondió: “¡Mi estudio! Nunca he tenido uno y no veo la razón por la que alguien quiera encerrarse en una habitación. Para dibujar, sí, pero para pintar, no”. Entonces hizo un gesto amplio para abarcar el Sena, las colinas y la silueta de un pequeño pueblo y declaró: “Este es mi verdadero estudio”. Monet empezó a ir a Londres en la última década del siglo XIX. Comenzó todas sus pinturas de Londres copiando directo de la naturaleza, pero completó muchas de ellas después, en Giverny. La serie formó un todo indivisible y el pintor tuvo que trabajar en cada uno de sus lienzos en algún momento. Un amigo de Monet, el escritor Octave Mirbeau, escribió que había logrado un milagro. Con aquellos colores logró recrear en el lienzo algo casi imposible de capturar: reprodujo la luz del sol, enriqueciéndola con un número infinito de reflejos. Como ningún otro de los impresionistas, Claude Monet adoptó una perspectiva casi científica de las posibilidades del color y la llevó hasta el límite; es poco probable que alguien más lograra llegar tan lejos como él en esa dirección.

Аннотация

Manet es uno de los artistas más famosos de la segunda mitad del siglo XIX, ligado por lo general a los impresionistas, aunque en realidad no era uno de ellos. Tuvo gran influencia en la pintura francesa, en parte por la elección de sus temas, que sacaba de la vida cotidiana, pero también por el uso de los colores puros y por su técnica rápida y libre. En su propia obra se materializó la transición entre el realismo de Courbet y los impresionistas. Nació en la alta burguesía, decidió convertirse en pintor después de no haber podido ingresar en la Academia Naval. Estudió con Thomas Couture, un pintor de la Academia, pero fue gracias a los numerosos viajes que realizó por Europa desde 1852 que comenzó a establecer lo que se convertiría en su propio estilo. Sus primeras pinturas fueron sobre todo retratos y escenas de género, inspiradas por su amor por los maestros españoles como Velázquez y Goya. En 1863 presentó su obra maestra Desayuno en la hierba en el Salon des Refusés. Su obra comenzó una lucha entre los defensores del arte académico y los jóvenes artistas “refusés” (rechazados). Manet se convirtió en líder de esta nueva generación de artistas. Desde 1864, el Salón oficial aceptó sus pinturas, que todavía causaban fuertes protestas por obras como Olimpia en 1865. En 1866, el escritor Zolá publicó un artículo en el que defendía la obra de Manet. Por aquel entonces, Manet era amigo de todos los futuros maestros del impresionismo: Edgar Degas, Claude Monet, Auguste Renoir, Alfred Sisley, Camille Pissarro y Paul Cézanne; influyó en el trabajo de todos, aunque no se le puede considerar estrictamente como uno de ellos. De hecho, en 1874 se negó a presentar sus pinturas en la primera exhibición impresionista. Su última aparición en el Salón oficial fue en 1882, con La barra del Folies-Bergère, una de sus pinturas más famosas. Aquejado de gangrena en 1883, pintó naturalezas muertas con flores hasta que estuvo demasiado débil para trabajar. Murió dejando un legado de gran cantidad de dibujos y pinturas.