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      © LOM Ediciones Primera edición, marzo 2021 Impreso en 2.000 ejemplares ISBN impreso: 9789560013897 ISBN digital: 9789560014269 RPI: 2021-A-629 Las publicaciones del área de Ciencias Sociales y Humanas de LOM ediciones han sido sometidas a referato externo. En portada: «Históricas», obra de Juana Pérez y Daniela Johnson, Fotografía: 8M - 2020, Trinidad Lopetegui Valenzuela. Edición y maquetación LOM ediciones. Concha y Toro 23, Santiago Teléfono: (56-2) 2860 68 00 [email protected] | www.lom.cl Tipografía: Karmina Impreso en los talleres de LOM Miguel de Atero 2888, Quinta Normal Impreso en Santiago de Chile

       Introducción

      Como Red de Historiadoras Feministas, este libro ha representado una oportunidad y un gran desafío a la vez. Primero, porque nos ha puesto frente a la necesidad de mirar un período de larga duración, desde 1850 hasta 2020, la gestación, desarrollo y auge de diversos movimientos feministas y de mujeres, en diferentes tiempos, contextos y territorios, para dar visibilidad a la participación social y política de las mujeres en la historia de Chile.

      El segundo desafío, que se desprende del anterior, significó analizar y evaluar si todos los movimientos y organizaciones de mujeres en la historia del país podían ser clasificadas como feministas. De esta reflexión concluimos que no existe una definición única, estática y atemporal para el feminismo. El feminismo es un movimiento que está en constante construcción, redefinición y debate, que expresa también la heterogeneidad de voces y posiciones en torno a contextos históricos, políticos y sociales que son dinámicos y cambiantes, como la historia y la vida misma de las mujeres, y de lxs demás sujetxs que se piensan políticamente en torno a los feminismos o cuyas vidas se dejan tocar por los feminismos. Por tanto, lo que podía resultar ser feminista para algunas mujeres de 1900, puede no ser lo mismo que entienden por feminismo las mujeres y disidencias del siglo XXI.

      En este sentido, es necesario mencionar que, además de la diferencia propia que impone la distancia temporal, también han existido diferencias para entender los feminismos dependiendo de la clase social, la etnia o raza, las creencias religiosas y de las identidades de género y sexuales, las relaciones con el estado y los partidos políticos, entre otras cosas. Es por eso que, en este libro, hablamos de los movimientos de mujeres, feministas y, más recientemente, LGBTIAQ+, en plural, porque comprendemos que no todas las organizaciones de mujeres han identificado sus luchas políticas con los ideales del feminismo de su época, y que no todos los feminismos han sido iguales. Además, porque tampoco se ha entendido siempre de la misma manera el signo «mujer».

      Por esta razón, hemos buscado también mostrar el tránsito que han tenido los movimientos feministas desde organizaciones de mujeres cisgénero en el siglo XX, hasta las organizaciones feministas LGBTIAQ+ del siglo XXI. Decidimos acercarnos a los feminismos preguntándonos cómo podíamos hacer una historia sobre lxs sujetxs políticos involucrados en las reflexiones desarrolladas en este libro. Tensionamos, entonces, el lugar estático de la mujer como único sujeto posible para pensar en clave feminista, estableciendo miradas críticas sobre los mandatos de los géneros y las sexualidades desde las que se han considerado y valorado los aportes, preguntas e impulsos ligados a los desarrollos de las disidencias sexuales y de quienes luchan y han luchado por desmontar las exigencias heterocispatriarcales compulsivas que ordenan nuestro mundo.

      Desde esta perspectiva, asumimos que son muchos y muy diferentes los sujetos que han sido marginalizadxs de las narrativas históricas por el peso de los discursos de odio que se tejen y desprenden de las estructuras binarias que norman el sexo y el género y, por lo tanto, como un gesto de desvío y protesta frente a dichas estructuras, es que a lo largo de las siguientes páginas decidimos escribir utilizando un lenguaje inclusivo que desafíe la dureza de las marcas de género y nos permita abrir el camino a nuevas formas de hacerse un cuerpo y pensarse en relación a otrxs. Para esto, reemplazamos en ocasiones, la «o» masculina o la «a» femenina, con una «x». Creemos que esta acción marca una desobediencia respecto de los límites desde los cuales en los libros de historia se han pensado tradicionalmente los sujetos y puede dar cabida a incorporar en nuestra reflexión la experiencia y los sentires de aquellxs cuyas vidas e historias siguen estando aprisionadas en un marco de lo posible violentamente excluyente, por ser demasiado estrecho y normado. Asimismo, utilizamos mayoritariamente bibliografía y literatura escrita por mujeres y disidencias, buscando visibilizar la producción académica de las historiadoras de ayer y de hoy.

      Es así como dentro de las pluralidades y diferencias de los movimientos feministas ha resultado necesario reconocer también que, sin la existencia de las demandas y luchas de cada uno de estos grupos, movimientos y organizaciones, habría sido imposible que el camino andado en la consecución de los derechos civiles, políticos, culturales, sexuales y reproductivos de las mujeres y disidencias hubiera avanzado hasta donde estamos hoy. Aunque sabemos que aún falta mucho para lograr la equidad, reconocimiento y derechos plenos, también sabemos y valoramos las trayectorias y luchas de lxs que estuvieron antes que nosotrxs, dejando huellas y luces indelebles en el camino, que han iluminado las rutas de lxs que vinimos después.

      Este libro se ha escrito honrando esas historias y esas memorias feministas, intentando mostrar las continuidades y los cambios de uno de los procesos sociales y políticos más largos en la historia de Chile: la organización y lucha política femenina y feminista por los derechos y el reconocimiento social pleno de las mujeres, y más recientemente de las personas LGBTIAQ+.

      Para dar cuenta de este proceso, este libro se divide en cuatro capítulos.

      El Capítulo I, titulado «Ensayos, aprendizajes y configuración de los feminismos en Chile: finales del siglo XIX y primera mitad del XX», se divide en cuatro secciones, e inicia con el análisis de qué fue el feminismo como concepto y acción política para las organizaciones femeninas de hace más de cien años. En el marco de un período convulsionado por crisis económicas, guerras, dictaduras y graves problemas sociales, mujeres obreras, de sectores medios y de las élites se animaron a pensar cuál era la sociedad que querían y cómo querían ser consideradas y tratadas, comprometiéndose con un programa social y político que, a pesar de las diferencias entre ellas mismas, apuntó a la ampliación de la democracia y a la búsqueda de mejores condiciones de vida.

      En la sección dos, que va desde los años 1850 a 1920, se da cuenta de las primeras organizaciones de mujeres documentadas en Chile, hacia mediados del siglo XIX, compuestas principalmente por mujeres de la élite, fuertemente vinculadas a la Iglesia Católica, quienes desplegaron sus acciones en torno a la caridad. Se aborda la lucha por el derecho a la educación, vinculada principalmente a mujeres laicas de la élite y sectores medios emergentes, quienes además abogaron por limitar la influencia de la Iglesia en la sociedad. Luego, se presentan los albores del feminismo obrero, destacando las luchas de mujeres por derechos laborales y mejoras a la condición de vida de las familias proletarias, además de plantear profundos cambios estructurales a la sociedad, que incorporarán la emancipación de la mujer.

      La sección tres estudia cómo los movimientos y organizaciones de mujeres se comienzan a transformar entre 1920 y 1935 en partidos políticos femeninos independientes, y otros dependientes de los partidos masculinos tradicionales. Con fines analíticos las hemos dividido en agrupaciones obreras, de clase media y de la élite, presentando una gran diversificación política, y teniendo algunas de ellas tintes feministas, y otras declaradas abiertamente feministas. El hito del voto municipal en 1935 es un logro importante de las demandas colectivas por el sufragio femenino, el que, junto a la demanda por más y mejor educación para las mujeres, será una de las principales banderas de lucha del periodo.

      Por último, la sección cuatro del capítulo, que corre desde los años 1935 hasta 1949, se encuentra marcada por dos hechos relevantes; estos son: la participación por primera vez de las mujeres en las elecciones municipales y la promulgación del voto pleno. Los hechos acontecidos desde mediados de los años treinta hasta finales de los años cuarenta son una expresión de las deficiencias y

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