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de acuerdo en que la formación del gran frente de masas con obreros, campesinos, estudiantes y las fuerzas políticas de izquierda permitirá la auténtica toma de poder por parte del pueblo chileno49.

      Con este discurso, tendiente a generar conciencia entre el campesinado acerca del profundo cambio histórico que se estaba generando en Chile y en sus propias vidas, se estaba construyendo el poder campesino en Chile a través de los Consejos Comunales Campesinos, elegidos por sus propias bases, los que se comenzaban a levantar progresivamente a lo largo del país. Dichos CC, como lo decían sus dirigentes, constituían un espacio para que, por primera vez en la historia republicana tuviese lugar la manifestación pública de la voz de sujetos no solamente explotados, sino también dominados y subordinados a través de su invisibilidad y silenciamiento. La democracia popular chilena entonces en gestación estaba levantando, por todas partes y territorios, los escenarios donde ocurriese lo opuesto, es decir, su visibilidad, su voz y su encuentro colectivo, formando una nueva unidad social y un frente social y político de lucha por sus derechos.

      Los Consejos Campesinos están orientados en el sentido de dar unidad al movimiento de los trabajadores de la tierra, terminando con el divisionismo que significan las distintas organizaciones. Esta unidad significa, al mismo tiempo, mayor fuerza para enfrentar a la burguesía del campo y la ciudad que está empeñada en impedir el proceso de R.A.. Con la organización de los campesinos a través de los Consejos, se pretende crearles una conciencia de clase para vencer, de este modo, la división natural que existe entre los trabajadores de la tierra debido a sus distintos estratos sociales50.

      En este esfuerzo de construcción de un poder campesino ampliado a lo largo del país se estaba realizando, en su real profundidad, el cambio estructural en Chile, no solo puntualmente en el agro chileno, sino a nivel de toda la sociedad, hacia la cual aquel cambio irradiaba. En efecto, la remoción del estrato más rígido de la sociedad histórica chilena cual era el estrato rural, donde anidaba, se criaba y fundaba históricamente la relación dominación/subordinación social, irradiando su ordenamiento hacia el resto de la sociedad, configuraba un panorama de pacífica pero, al mismo tiempo, telúrica revolución político-social en Chile: se trataba de un fenómeno removedor de la estructura social más profunda de Chile.

      El 26 y 27 de marzo se efectuó en Temuco el 1er. Encuentro de Consejeros de los Consejos Comunales Campesinos de la Provincia de Cautín. Los campesinos discutieron un amplio temario que se refirió a la participación en el proceso de R.A. y visión crítica de la Ley de Sindicalización Campesina, participación en el crédito y en el proceso de comercialización y organización de la producción, (…) el nuevo decreto de los Consejos Campesinos, constitución del Consejo Provincial Campesino y la sedición que tiene orquestada la burguesía agraria.

      En el acto inaugural del Encuentro habló el presidente de la Federación de Estudiantes de la U. de Chile con sede en Temuco, Antonio Coloma, quien llevó el saludo de los universitarios a los campesinos:

      Quiero hacer llegar el saludo revolucionario y fraternal de los estudiantes universitarios a los compañeros campesinos por esta iniciativa que Uds. han comenzado a gestar en toda nuestra patria, que es la constitución de estos C. C. C. (…) La verdad es que si antes la historia de nuestra patria la escribía un grupo reducido de personas, ahora la están escribiendo la mayoría de los chilenos. La historia la están escribiendo los propios campesinos que, cansados de la tramitación a que fueron sometidos en regímenes anteriores, cansados de la explotación y de la humillación, hoy día alzan la voz, se organizan y se incorporan, junto al gobierno de la UP, a dirigir su destino y a escribir su propia historia51.

      30.000 trabajadores del campo y la ciudad, estudiantes y otros sectores obreros se reunieron el domingo 28 de marzo en la Asamblea Provincial de Trabajadores con el Presidente Allende en Temuco. (…) Fue la ocasión en que los campesinos se encontraron con el compañero Allende para plantearle sus inquietudes y problemas. No fue una concentración política, fue una auténtica Asamblea (en que) los Consejeros Comunales Campesinos entregaron al Presidente Allende las conclusiones del Encuentro del 26 y 27 de marzo. (…) Fue el día en que se juntaron trabajadores del campo y de la ciudad, estudiantes y otros sectores laborales. El domingo 28 sirvió para demostrar con hechos el empuje y la fuerza del movimiento popular que se juntó en el corazón mismo de la burguesía agraria52.

      Al diferenciar «una asamblea» de un «encuentro político», al afirmar positivamente la primera y negar lo segundo, el discurso de los C.C.C. apunta a valorar la presencia allí de una voz que surge desde el pueblo, voz que se emite ante las autoridades en su propio lugar de emisión y donde aquella ha acudido especialmente a escucharla. Se trata, por otra parte, de una voz que ha construido previamente un discurso y texto escrito propio, el que porta su opinión y sus demandas colectivamente establecidas. Expresión del ejercicio de una práctica de democracia social que estaba llamada a cambiar el contenido y significado de la democracia en Chile, generando descentralización en las decisiones y democracia social territorial; como decía uno de los oradores, esta amplia participación popular y social territorial estaba escribiendo, con otros lápices y otros actores, una nueva historia de Chile.

      Reclamo con legítimo orgullo el honor de haber establecido la participación real de los campesinos, que no sólo puede medirse por entrevistas más o entrevistas menos con altos ejecutivos, sino básicamente en la participación real y consciente de todas las masas campesinas en el avance del proceso de Reforma Agraria y en la campaña de producción agropecuaria53.

       * * *

      Habiendo, efectivamente, finalizado el gobierno de la Unidad Popular el proceso de expropiaciones determinadas por la ley a inicios del año agrícola de 1971 (1.400.000 hectáreas ya reformadas), Salvador Allende y su ministro de Agricultura, Jacques Chonchol, hicieron un llamado a la responsabilidad de los campesinos reformados y productores agrícolas en general, a producir bien la tierra para generar los alimentos que la población chilena requería –especialmente en un momento histórico de ampliación social de la demanda–, proceso que debía ser controlado por los propios Consejos Campesinos. Con el fin de alcanzar el gran objetivo productivo –en el cual se jugaba el éxito inmediato de la R.A.–, el gobierno constituyó el Comando Nacional de la Campaña de Aumento de la producción Agropecuaria para 1971, presidido por el ministro de Agricultura, Jacques Chonchol; comando constituido por los jefes de los Servicios Agrícolas y representantes de la CUT, y de los Consejos Campesinos54.

      Como parte y motor de esta «campaña por la producción agrícola», el gobierno y los trabajadores del agro, a través de sus representantes, firman un Acta de Compromiso por el aumento de la producción agrícola: «Los trabajadores agrupados en la Confederación Nacional de Trabajadores del Agro, conscientes de que nuestro destino e intereses son los de la clase obrera y el campesinado, hemos firmado un Acta de Compromiso para luchar por el aumento de la producción agropecuaria, junto a las organizaciones campesinas y a la Central Única de Trabajadores»55.

      En el acto de firma de este pacto de compromiso, al que asistieron las autoridades de gobierno y los representantes de los trabajadores agrícolas, el gobierno dio inicio, en abril de 1971, a la «campaña nacional de aumento de la producción agropecuaria». En dicho acto, el ministro Chonchol señaló que

      la batalla por el aumento de la producción, es también la batalla por el éxito de la Reforma Agraria. Debemos demostrar que la tierra en poder de los campesinos es capaz de producir más que en poder de los latifundistas. (…) Tenemos que ayudar a los campesinos a trabajar con mayor eficiencia, pero teniendo cuidado de no convertirnos en los nuevos patrones, de no asumir una actitud paternalista. (…) En la campaña de aumento de la producción el pueblo debe tener plena participación ya que se trata de constituir un país más libre, en el que cada chileno tenga la posibilidad de ser un hombre integral56.

      En dicho acto habló el presidente de la Confederación de Trabajadores del Agro, Ulises Manríquez: «Estamos conscientes de la responsabilidad que hemos asumido y a las tareas a que nos hemos comprometido. Con este Acto nos estamos incorporando como trabajadores a una tarea patriótica en beneficio de todos los chilenos»57.

      Por

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