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porque, ¿quién es más importante, el que está a la mesa o el que sirve? ¿No lo es el que está sentado a la mesa? Sí, a los ojos de las personas, aquellos que están sentados a la mesa son más “importantes”, pero nosotros debemos ver las cosas de diferente manera. Ni el éxito ni el estatus define a los líderes cristianos. Tal vez seamos respetuosos de los otros, pero también, como los discípulos, puede que discutamos acerca de quién es el más importante. Quizá no lo hagamos verbalmente, pero sí interiormente en incontables maneras sutiles: preocupados por cómo nos vemos, con quién nos asociamos, qué trabajos conseguimos, quién nos escucha, a quién conocemos. No sea así entre ustedes.

      No obstante, las expectativas externas e internas fácilmente pueden socavar esta prioridad fundamental. Recientemente estuve en un contexto rural en el cual el vicario me contó que constantemente escucha: “Ah, vicario, pero el último vicario…”. Le pregunté cuánto tiempo había estado allí esperando una respuesta de unos pocos meses. La respuesta fue “¡Veinticinco años!”. Las expectativas externas pueden ejercer enormes presiones, pero muchos de nosotros en el liderazgo encontramos las expectativas internas aún más difíciles de manejar. Éstas pueden ser alimentadas por muchos factores, tales como la necesidad de ser querido y, por lo tanto, la tendencia de intentar complacer a los otros. Investigaremos esto más a fondo en el capítulo 4.

      En lugar de ser moldeado por expectativas externas o internas, influenciado por modelos seculares de liderazgo, y formados por experiencias inapropiadas en el liderazgo en el pasado, necesitamos ser transformados por el Espíritu de Cristo y la renovación de nuestras mentes para que aceptemos las palabras de Jesús: No sea así entre ustedes.

      4. Está modelado por la cruz y la resurrección

      El modelo de la cruz y la resurrección, del sufrimiento y la nueva vida, es el paradigma que formará a los líderes cristianos. Estoy sorprendido de cuántos jóvenes se sorprenden e incluso se escandalizan cuando sobreviene el sufrimiento como resultado del liderazgo. Cristo Jesús enseña claramente que éste será el camino de todos los que lo seguimos (Mt 5.11; Mr 10.38–39). No se trata de sufrimiento porque hayamos sido ingenuos o arrogantes o sencillamente estúpidos. Este sufrimiento se debe a que estamos comprometidos en el “ministerio del evangelio”, y el evangelio es ofensivo, distancia a las personas. En 2 Timoteo, el apóstol Pablo escribe sobre el sufrimiento de diversas maneras porque él quiere que Timoteo comprenda la inevitabilidad del sufrimiento en el liderazgo.

      » El sufrimiento específico del evangelio que sobreviene como resultado de la fidelidad al mensaje del evangelio (2Ti 1.8, 11–12; 2.9–10).

      » “Adversidad” permanente (2Ti 2.3; 4.5).

      » Sufrimiento que viene de parte de la iglesia (2Ti 2.1–18).

      » Sufrimiento de parte de Satanás (2Ti 2.26).

      » Sufrimiento que viene por vivir en un mundo caído (2Ti 3.1–9).

      » Persecución por vivir una vida piadosa (2Ti 3.12).

      También vamos a experimentar la resurrección —una nueva vida gloriosa en medio de la duda, la decadencia y la desesperación—. Seremos testigos de la nueva vida de un niño que decide seguir a Jesús, un joven que decide resistir la tentación, o un adulto que rompe un hábito destructivo; la nueva vida de una iglesia que crece lentamente en confianza en el amor de Dios por ellos y su amor por otros, una comunidad que está siendo cambiada gradualmente por la sal y la luz del pueblo de Dios, un país que descubre que los caminos de Dios son los mejores. Experimentaremos una vida nueva de transformación personal a través de nuestra muerte y la resurrección para Cristo. La realidad de la resurrección de Jesús y el regreso de la esperanza en un mundo donde la desesperanza parece endémica. Mientras escribo, estamos al borde de una guerra. Los niveles de provisión de salud y educación parecen estar declinando. El índice de suicidio continúa su incesante camino hacia arriba, especialmente de los jóvenes, mientras la asistencia a la iglesia prosigue en su incesante camino hacia abajo. La inmoralidad se celebra como libertad, el consumismo como una opción, la autosatisfacción como espiritualidad. ¿Cómo puede un líder cristiano mantener una actitud positiva en tiempos como estos? Sólo por la fe en la resurrección y nuestra esperanza en Dios. La escatología, la doctrina de los últimos tiempos, nos recuerda que vivimos entre la primera y la segunda venida de Jesús, en los tiempos del reino de Dios “ahora pero todavía no”. Esto alimenta nuestra esperanza para el futuro y nos sostiene a través de las largas noches oscuras de aparente desesperanza, impulsándonos a orar “Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo”.

      5. Se sostiene con oración

      La oración es fundamental en la vida cristiana, y por lo tanto fundamental para el liderazgo cristiano. La oración expresa nuestra dependencia de Dios en respuesta a lo que está haciendo en nuestras vidas, y de la energía espiritual de nuestra relación con Él. Sin ella nos marchitamos

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