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Sigmund Freud: Obras Completas. Sigmund Freud
Читать онлайн.Название Sigmund Freud: Obras Completas
Год выпуска 0
isbn 9789176377437
Автор произведения Sigmund Freud
Серия biblioteca iberica
Издательство Ingram
La neurosis obsesiva proviene de una causa específica muy análoga a la de la histeria. Encontramos también en ella un suceso sexual precoz acaecido antes de la pubertad, cuyo recuerdo es activado en esta época o después de ella, y los mismos razonamientos y observaciones expuestos con ocasión de la histeria pueden aplicarse a los casos observados de esta neurosis (seis, tres de ellos muy puros). No hay más que una diferencia importante. En el fondo de la etiología histérica hemos hallado un suceso de pasividad sexual, una experiencia tolerada con indiferencia o con enfado o temor. En la neurosis obsesiva se trata, por el contrario, de un suceso que ha causado placer, de una agresión sexual inspirada por el deseo (sujeto infantil masculino) o de una gozosa participación en las relaciones sexuales (sujeto infantil femenino).
Las ideas obsesivas, reconocidas por el análisis en su sentido íntimo, reducidas, por decir así, a su más simple expresión, no son sino reproches que el sujeto se dirige por el goce sexual anticipado, si bien reproches desfigurados por una labor psíquica inconsciente de transformación y de sustitución.
El hecho mismo de que tales agresiones sexuales tengan lugar a una edad tan tierna parece denunciar la influencia de una seducción anterior, de la cual es consecuencia la precocidad del deseo sexual. En los casos por mí analizados ha quedado siempre confirmada esta sospecha. De este modo queda explicado un hecho constante en estos casos de neurosis obsesiva; esto es, la complicación regular del cuadro sintomático por un cierto número de síntomas simplemente histéricos.
La importancia del elemento activo de la vida sexual en la etiología de las obsesiones y la de la pasividad en la patogenia de la histeria parecen incluso revelar la razón de la conexión más íntima de la histeria con el sexo femenino y de la preferencia del masculino por la neurosis obsesiva. A veces hallamos dos neuróticos que en su infancia formaron una pareja de infantiles amantes, y en estos casos el hombre padece una neurosis obsesiva y la mujer una histeria. Cuando se trata de hermano y hermana, no es difícil incurrir en el error de atribuir a la herencia nerviosa lo que no es sino un efecto de experiencias sexuales precoces.
Existen, desde luego casos aislados y puros de histeria o de neurosis obsesiva independientes de la neurastenia o de la neurosis de angustia; pero no es esto lo general. Por lo regular, la psiconeurosis se presenta como accesoria o la neurosis neurasténica, como evocada por ella, o siguiendo su declinación. Ello obedece a que las causas específicas de estas neurosis, o sea, los desórdenes actuales de la vida sexual, actúan al mismo tiempo como causas accesorias de las psiconeurosis cuya causa específica -el recuerdo de la experiencia sexual precoz-despiertan y reaniman.
Por lo que respecta a la herencia nerviosa, estoy aún muy lejos de saber evaluar justamente su influencia en la etiología de las psiconeurosis. Concedo que su presencia es indispensable en los casos graves, y dudo que lo sea en los leves; pero estoy convencido de que por sí sola no puede producir la psiconeurosis cuando su etiología específica -la excitación sexual precoz-falta. Llego incluso a opinar que la cuestión de determinar cuál de las neurosis -la histeria o la neurosis obsesiva- se desarrolla en un caso dado no depende de la herencia, sino de un carácter especial de dicho suceso sexual precoz.
R
L’heredité et l’étiologie des neuroses, en francés el original. [Rev. Neurol., 4 (6), 161-9 (March 30).]
Ha habido modificaciones para las distintas ediciones alemanas, algunas dicen: «naturaleza menos comprensible», otras lo consignan como en la presente. La edición inglesa también lo tradujo igual. Se discute si Freud quería referirse a la relativa incomprensibilidad de los factores hereditarios frente a factores más conocidos y descubiertos por él mismo. (Nota del E.)
Trabajo IX de estas Obras Completas.
No ha quedado aclarado a qué trabajo se refería Freud; en los que siguen, Freud retoma y profundiza el tema, sin embargo, Strachey piensa que el trabajo en cuestión no fue nunca escrito por haberse dedicado Freud a su autoanálisis. (Nota del E.)
Primera aparición publicada del término, según Strachey. (Nota del E.)
Véase anteriormente La histeria, en estas Obras Completas.
XIII NUEVAS OBSERVACIONES SOBRE LAS NEUROPSICOSIS DE DEFENSA
1896
EN un breve estudio, publicado en 1894, hube de reunir bajo el nombre de «neuropsicosis de defensa» la histeria las representaciones obsesivas y algunos casos de locura alucinatoria, fundándome en que los síntomas de todas estas afecciones son un producto del mecanismo psíquico de la defensa (inconsciente), surgiendo, por tanto, a consecuencia de la tentativa de reprimir una representación intolerable, penosamente opuesta al yo del enfermo. En el libro que sobre la histeria he publicado después en colaboración con el doctor Breuer he expuesto, con ayuda de varias observaciones clínicas, el sentido en que ha de interpretarse este proceso psíquico de la «defensa» o la «represión» describiendo también el método psicoanalítico, penoso pero seguro, de que me sirvo en estas investigaciones, las cuales constituyen, simultáneamente, una terapia.
Los resultados obtenidos en estos dos últimos años de trabajo han robustecido mi inclinación a considerar la defensa como el nódulo del mecanismo psíquico de las mencionadas neurosis y me han permitido, además, proporcionar a la teoría psicológica una base clínica. Para mi propia sorpresa he tropezado con algunas soluciones sencillas, pero precisamente determinadas, de los problemas de las neurosis; soluciones que me propongo exponer en el presente estudio. No pudiendo integrar en él, por su forzosa brevedad, las pruebas de mis afirmaciones, espero darles cabida en una próxima publicación, más amplia.
A) LA ETIOLOGÍA «ESPECÍFICA» DE LA HISTERIA
YA en otras ocasiones anteriores hemos expuesto Breuer y yo la teoría de que los síntomas de la histeria sólo se nos hacen comprensibles cuando nos referimos a experiencias de efectos «traumáticos» o traumas psíquicos de carácter sexual. Lo que hoy me propongo agregar a lo ya expuesto, como resultado uniforme del análisis de trece casos de histeria, se refiere, por un lado, a la naturaleza de estos traumas sexuales, y por otro, al período de la vida individual en el que acaecen. Para la causación de la histeria no basta que en una época cualquiera de la vida surja un suceso, relacionado en algún modo con la vida sexual y que llegue a hacerse patógeno por el desarrollo y la represión de un afecto penoso.
Es preciso que tales traumas sexuales sobrevengan en la temprana infancia del sujeto (la época anterior a la pubertad) y su contenido ha de consistir en una excitación real de los genitales en procesos análogos al coito.
En todos los casos de histeria por mí analizados (entre ellos dos de histeria masculina) he hallado cumplida esta condición específica de la histeria -la pasividad sexual en tiempos presexuales-, condición que, a más de disminuir considerablemente la significación etiológica de la disposición hereditaria, explica la frecuencia infinitamente mayor de la histeria en el sexo femenino, el cual ofrece durante la infancia mayores atractivos a la agresión sexual.
Contra este resultado se objetará; seguramente, que los atentados sexuales cometidos en sujetos infantiles aún impúberes son demasiado frecuentes para poder concederles un serio valor etiológico. O también que, por tratarse