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toxicidad de la gente hace, sobre todo cuando son cobardes, nunca atacan individualmente, sino que lo hacen en conjunto apoyándose unos a otros. Por eso, no tienes que olvidar la primera ofensa que te han hecho, sino aprender de ella, sobreponerte y a partir de ahí avanzar en tu vida sin darle importancia.

      No guardar rencor pero sí un buen grado de ignorancia, puesto que una vez superado sino te duele, les molesta más.

      Es lógico que te moleste sentarte a cenar o a comer con alguien que siempre te esté faltando al respeto, si lo haces que sea sólo por trabajo, porque no queda más remedio y siempre bajo unas normas y pautas muy estrictas, en las que tú controles la situación y no te afecten.

      Muchas veces existen relaciones tóxicas, porque las ganas de cumplir con roles sociales nos pueden llevar a caer en manos de personas tóxicas. Aparecen por inseguridad, baja autoestima, o porque la sociedad espera de ti que pases por las etapas establecidas de vida: que encuentres pareja, que te cases, que tengas hijos, etc.

      Parece que si no estás con alguien se acabe el mundo. Puedes acabar cediendo a todo lo que te pida una pareja por miedo a la soledad. También existen personas que en su pareja acostumbran a mandar y la otra parte a obedecer. Existen muchos casos de parejas que no quieren a su compañera/o, solo desean ejercer el control hasta un extremo enfermizo.

      Existen relaciones basadas en el chantaje, en la mentira, en el miedo, en la idealización de la persona, ya sean en el ámbito laboral, familiar y afectivo.

      Pero en tu tiempo libre y tu vida privada, la gente tóxica: ¡fuera! Es vital tanto para tu salud física como mental. Tomar distancia y alejarse de personas complicadas mejora la salud. Porque, aunque no lo parezca existen personas a las que les son indiferentes las necesidades de los otros.

      La pregunta es: ¿cómo protegernos de esas personas tóxicas? Puesto que relacionarnos con ellas nos hace sufrir, hay que conocer cuáles son nuestros límites, lo que no queremos y marcarlos.

      Lo que la persona tóxica exprese no es tu forma de pensar y no lo has de hacer tuyo, te has de valorar. Has de recordar todos los logros que tuviste y todo lo que has llegado a conseguir hasta ahora, puesto que la autoestima y confianza serán determinantes. Sobre todo, no hay que pensar constantemente en ello, has de centrarte en tus cosas que son mucho más importantes, está claro.

      Las personas tóxicas no cambian si son recompensadas por no cambiar, siendo muchas veces culpables los demás por dejarles ser tóxicos. No los odies por ser tóxicos pues solo te envenenas con su toxicidad, así que perdona, pero no olvides.

      Toma distancia la suficiente para improvisar, adaptarte y vencer los obstáculos, las sensaciones tóxicas que mucho tiempo has creído y has sentido que eran culpa tuya.

      A partir de ahora hay todo un mundo por delante y un camino nuevo que debes explorar y conocer.

      También descubrir cómo eres tú en realidad con tus errores y cualidades, pero sobre todo, lo que debes aprender es a amarte y valorarte.

      Creer en ti mismo y en tus valores no es malo, es un plus. Lo que crean los demás o que te impongan, siempre que sea negativo para tu salud física y mental, te impida desarrollarte como persona y ser humano, valerte por ti mismo, trabajar y ser independiente; significa que te desequilibra, son tóxicos y deben estar fuera de tu vida.

      No por ello debes olvidar que todas las personas sienten las mismas vibraciones o energías; porque esa misma persona o personas recuerda que no tratan a todo el mundo igual. Suelen hacer diferencias. Tú no debes caer en el bucle de plantearte ni el por qué, ni qué motivo tienen para ello. Simplemente aléjate lo más rápido posible y con la mayor tranquilidad.

      Hay un refrán que dice: “trastos viejos, pocos y lejos”. Y otro refrán a tener en cuenta es: “a buen entendedor pocas palabras bastan “. Con lo cual amigos/as donde vean que no les quieren no pierdan su tiempo. Estaréis en otros sitios muchísimo mejor, más queridos, mejor valorados y habréis encontrado vuestro lugar lejos de la gente o las situaciones que producían el malestar.

      Capítulo 4- Ser generoso en lugar de excusarnos

      A veces, se ha perdido gran parte de la capacidad de comunicarnos y sobre todo, ser generosos tanto con nosotros mismos/as como con los demás.

      Es una parte que tenemos que empezar a rectificar y a trabajar.

      Lo primero a tener en cuenta, es que muchas personas están acostumbradas a dar, a comprar, a buscar, cómo complacer a los demás, pero se olvidan de qué para poder llegar a un equilibrio, tienen que contar con la persona principal, que son ellos mismos/as.

      Hay que aprender a ser generoso con uno mismo/a, tenerse en cuenta, parar a pensar que te apetece hacer, qué camino seguir, o simplemente cuando vas a elegir algo para alguien, acordarte también de ti mismo/a.

      Pero una parte fundamental que hay que trabajar entre todos, es simplemente el dar gracias; que parece que esté mal visto o no tenga importancia.

      Por ejemplo, estamos acostumbrados a decir: “perdón por llegar tarde”. Dando por hecho que la otra persona tiene que entenderlo, disculparnos y atendernos, todo eso con un buen trato y amabilidad.

      En realidad, tendríamos que decir de entrada: “Gracias por esperarme” y a partir de ahí, dar la explicación que consideréis necesaria. Pero aquella persona ya de entrada, os ha dedicado su tiempo y su atención fuera del horario preestablecido.

      Tenemos que aprender a agradecer las cosas, el tiempo, la ayuda y la atención de otras personas, dar valor a su trabajo o amistad y no escudarnos detrás de las excusas, porque para esa persona su tiempo también es valioso.

      Son detalles insignificantes, pero que reforzarán nuestros lazos y también nuestra confianza.

      Capítulo 5- Percepciones de las personas intuitivas

      Todos/as nosotros/as desde el momento en que venimos al mundo, somos capaces de percibir y sentir una serie de sensaciones y percepciones, totalmente diferentes con las que luego nos quedamos, puesto que las hemos perdido en nuestro camino.

      De esas pérdidas, comentaros que gran parte suelen ser educacionales, por miedos o por la insensibilidad o carencia de ciertos sentidos.

      No todas las personas somos iguales, ni desarrollamos todo por igual. Existen personas que son excelentes músicos, yo personalmente soy una negada y en cambio me encanta la música, aunque no se tocar ningún instrumento.

      Hay personas que tienen facilidad o capacidad para algo especial, lo tienen innato, lo mantienen o desarrollan con el tiempo.

      Si os hablo de educación o de miedos, actualmente no está tan mal visto, tan discriminada o juzgada la intuición o las sensaciones. Sobre todo, desde hace unos 10 años hacia aquí.

      Pero si tenemos que hablar con sinceridad, hasta ahora, el ser sensitiva, intuitiva, ver algo diferente o notarlo, entraba en un parámetro realmente que se podía juzgar negativamente o mal. Incluso hoy en día. Porque pasabas a ser como vulgarmente se diría a nivel despectivo “una bruja” o “un brujo”.

      Esa carga, ese estigma lo tenéis que quitar de vuestro armario-ropero personal; y empezar a utilizar esa intuición y esas sensaciones de manera positiva. Aprender a haceros las preguntas correctas, para trabajar toda esa energía y esa intuición vosotros/as mismos/as siendo independientes y libres. Pensad que:

      –No es malo tener intuición.

      –Es bueno aprender a utilizarla

      –Tienes que tener tus propias herramientas.

      –Has de comprender tus sensaciones.

      –Asumir y aceptar que necesitas para conseguirlo

      –Tú controlas tu vida

      Eso no significa que nadie te lo vaya a poner fácil. Una persona intuitiva o con sensaciones, normalmente, tiene que luchar con más obstáculos o más trabas de lo normal. Y me diréis los más escépticos que no es verdad.

      Cuando tenéis una sensación, lo que debéis de hacer es acostumbraros a sentirla, observar la situación

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