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tú, es que te has duchado?

      ―Claro, a diario lo hago

      ¿es que no lo has notado?

      ―Si es la primera vez

      que nos hemos encontrado

      ¿cómo quieres que lo note?

      ―la dice el oso enfadado.

      ―¿Y de dónde has salido?

      es cierto no te conocía

      nunca te he visto aquí

      y paso todos los días.

      ―Es que estuve invernando

      me acabo de despertar

      ―le dice el oso bajito.

      Y ella va a contestar.

      ―¿Por eso hueles así?

      ―la jirafa preguntaba.

      ―¿Cómo huelo?, ¿qué me dices?

      ―Y el oso se enfadaba.

      A gruñir fuerte se ha puesto

      y de allí se marchaba

      ha encontrado un río

      y sin pensar se adentraba.

      El río es caudaloso

      y al oso arrastró

      dando tumbos por el agua

      por allí que se le vio.

      Como chillaba muy fuerte

      la jirafa le escuchó

      “Hay que ver que ruido mete”

      ella del oso pensó.

      Pero el pobre no podía

      del río salir nadando

      y por más que lo intentaba

      se acabaría ahogando.

      En el río había unas piedras

      y en ellas se ha subido

      intenta estar tranquilo

      y cree que lo ha conseguido.

      Pero aún hay peligro

      y no se puede marchar

      allí se queda muy quieto

      al agua no va a bajar.

      Mucho tiempo está esperando

      hasta sueño le ha entrado

      está atento mirando

      parece que se ha parado.

      El río está en silencio

      ruido ahora no hacía

      el oso se ha bajado

      de las piedras se iría.

      Lo acaba de atravesar

      en tierra firme estaba

      no se volverá a mojar

      y en la jirafa pensaba.

      “Si no le gusta mi olor

      que no se vuelva a acercar

      el agua es peligrosa

      no la volveré a probar”.

      AMOR

      3. UNA GRAN ALGARABÍA

      Una gran algarabía

      se escucha por la mañana

      donde un lago había

      muy cerca de una montaña.

      El sol estaba saliendo

      las garzas se han despertado

      se van alegres poniendo

      pues el sol ha regresado.

      Con sus alas extendiendo

      van saludando al sol

      éste que ya está saliendo

      y que les trae su calor.

      Las garzas ríen contentas

      muy alegres se las ve

      la mañana es bonita

      el sol les viene a ver.

      Todas están en el lago

      un baño se van a dar

      así sus plumas brillantes

      con el agua quedarán.

      Después emprenden el vuelo

      a por comida hay que ir

      ya se las ve en el cielo

      las garzas están allí.

      El pastor en la montaña

      el ruido escuchará

      las mira entretenido

      las garzas se marcharán.

      Pero hoy es diferente

      el pastor así lo vio

      allí se ve mucha gente

      y eso le intrigó.

      No es un lugar que visiten

      a diario las personas

      es un sitio solitario

      siempre en silencio a solas.

      Él está en su montaña

      y desde allí lo verá

      ahora unos camiones

      y unas grúas llegarán.

      Al lago se han acercado

      junto a él trabajarán

      poco a poco han desecado

      las garzas no volverán.

      Alguien dispuso un día

      que ese lago le estorbaba

      el agua le quitaría,

      y de esa forma actuaba.

      El pastor desde lo alto

      asombrado contempló

      cómo poco a poco allí

      todo el lago se secó.

      No sabía lo que hacer

      algo tenía que pensar

      se sentó en una piedra

      pues quería descansar.

      Al lado de aquella piedra

      un charquito de agua vio

      y en ese mismo instante

      la idea se le ocurrió.

      Corrió la piedra a un lado

      y vio el agua surgir

      ya sabía lo que hacer

      y se tenía que ir.

      A su casa fue deprisa

      una azada él cogió

      y después de trabajar

      la idea consiguió.

      Había hecho un agujero

      donde salía en agua

      ahora corría un reguero

      bajando por la montaña.

      Cada vez era más grande

      en

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