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La transición española. Eduardo Valencia Hernán
Читать онлайн.Название La transición española
Год выпуска 0
isbn 9788418411953
Автор произведения Eduardo Valencia Hernán
Жанр Социология
Издательство Bookwire
En Barcelona, el 9 de marzo de 1966, unos quinientos representantes estudiantiles junto con una veintena de profesores y algunos intelectuales catalanes se reunieron a la cuatro de la tarde en el convento de los Capuchinos de Sarriá para constituir el Sindicato Democrático de Estudiantes de la Universidad de Barcelona (SDEUB), fruto de las resoluciones aprobadas por la Asamblea Constituyente de la Junta de delegados de las doce Facultades y Escuelas Especiales de la Universidad de Barcelona.
Convento Capuchinos Pedralbes 1966.
Cabe destacar que el acto tuvo que realizarse fuera de los estamentos universitarios al ser prohibido este dentro de la UB por el rector Francisco García Valdecasas y entre los que asistieron se encontraban nombres muy conocidos entre la intelectualidad catalana como: Salvador Espriu, Antoni de Moragas, Joan Oliver, Jordi Rubió i Balaguer, Antoni Tàpies, Pere Quart, Francesc Vallverdú, Agustín García Calvo, Oriol Bohigas, Raimon Obiols, Mª Aurèlia Capmany, Albert Rafols Casamada, los hermanos Goitisolo, algunos representantes de la Secretaria General de la CIE (Conferencia Internacional de Estudiantes), de la UNEF (Unión Nacional de Estudiantes Franceses), un delegado de la Universidad de Columbia y observadores de escuelas de grado medio y preuniversitarios, etc.
Jordi Solé Tura cuenta en sus memorias que el impulso definitivo de este movimiento surgió del PSUC universitario con Manuel Sacristán a la cabeza, y que de su núcleo principal surgieron documentos tan importantes como: la Declaración de Principios del SDEUB, sus Estatutos y el manifiesto final Por una Universidad Democrática. Los puntos básicos de estas propuestas fueron aprobados en el documento final elaborado para la convocatoria de constitución del SDEUB y formaron parte del programa base para la creación de la reforma democrática universitaria, la convocatoria de un congreso nacional de estudiantes de sindicatos universitarios democráticos y la constitución de comisiones mixtas de estudiantes y profesores97.
Una de las convocatorias preparadas para dicha reunión fue la fechada el 4 de marzo de 1966, firmada por el representante para la prensa del SDEUB, Eudaldo Ferrer, y vino como el resultado de un año de trabajo y después de la primera asamblea de distrito efectuada el 12 de febrero de 1965, con el objetivo de conseguir la Reforma Democrática de la Universidad. El asedio policial al convento se produjo tan pronto tuvo conocimiento del hecho el gobernador civil, Antonio Ibáñez Freire, rodeando el recinto en un radio de trescientos metros durante dos días y acabando el conflicto con varias detenciones98. Jordi Solé Tura describe la entrada en la sala de actos como una escena de viejas películas de gangsters, protagonizado por un grupo de policías encabezados por los comisarios Antonio Juan Creix y su hermano Vicente99. El informe del ministerio fiscal definió el acto como una asociación ilícita, calificando a los asistentes, por su implicación, como promotores, directivos y asistentes, teniendo consideración aparte a los denominados «intelectuales y personalidades», siendo inculpados los que incluso no asistieron al acto, pero sí se solidarizaron por escrito con él. A partir de esta clasificación, se propusieron las diferentes penas entre prisión menor (seis meses y un día hasta seis años), arresto mayor (un mes y un día hasta seis meses) y multas desde cinco mil pesetas hasta veinticinco mil.
Grupo de militantes socialistas en el exilio alemán, mediados de los años sesenta. En el centro de la imagen se distingue al actual presidente del Cedesc, Antonio Ruiz.
Convocatoria SDEUB, marzo de 1966.
El documento leído en el acto de constitución del sindicato estudiantil, titulado: Por una Universidad Democrática, hacía referencia entre otros aspectos a la llamada provisión de cátedras, por lo que el fiscal entendía el interés de la presencia de estos intelectuales no solo por el prestigio que daban al encuentro sino por el propio interés personal. Entre otros inculpados, denominados como «terceras personas», estuvo el Superior de la Orden, Juan Botam Casals, clasificado mediante informe policial como:
«(...) abiertamente catalanista, mal que aqueja a todos los componentes de la Orden en la región, sabiendo que está completamente identificado con los más conspicuos representantes en Barcelona, de esta insana tendencia política, tales como don Félix Millet, el abogado Mauricio Serrahima, el arquitecto Coll y Alentorn, el escritor Octavio Saltor y otros.»100
Otro componente de la Comunidad de los Padres Franciscanos Capuchinos fue inculpado por asentir y facilitar el salón de actos de su convento, para celebrar la reunión. Para Josep Benet la Caputxinada fue un hecho decisivo para la posterior formación de la Asamblea, reconociendo que con anterioridad fueron incapaces de crear comités unitarios sin exclusiones. Fue después de los capuchinos cuando aparece la Taula Rodona Democrática, el Comité pro-Amnistía y el Comité 11 de Septiembre. Buena parte de los miembros del SDEUB formaban parte del «escoltismo», que era un movimiento educativo juvenil que en su raíz cristiana obtuvo el reconocimiento episcopal siendo la competencia del Frente de Juventudes, constituyendo en 1954 el primer núcleo de la organización catalanista, Cristo Cataluña, y que posteriormente se unieron a la Institución Pedagógica Rosa Sensat como renovación de la educación catalana101. Mª Aurèlia Capmany nos presenta algunas anécdotas sobre aquellos tres días de reclusión estudiantil en el convento de capuchinos tan señalados en sus reflexiones:
«El sentido de responsabilidad, la capacidad de adaptarse a aquella circunstancia, unas cuantas ideas sobre el futuro que exigía, era realmente esperanzador. Incluso compensaba un par de impresiones negativas que había tenido en el momento de la creación del Sindicato Democrático. La primera de ellas era la preponderancia de la lengua castellana, la costumbre, ya mecánica, del estudiante que hablaba en catalán con el vecino y pasar al castellano en el momento que el estudiante en cuestión cogía el micro. Me di cuenta de que el peso del franquismo había sido terrible. Y de otro lado, aun otro factor que daba la medida de esta educación a la inversa. Entre los estudiantes había chicos y chicas. En los cargos importantes solo había chicos. Pero lo más terrible es que, cuando nos organizamos, descubrí que las chicas estaban todas en la cocina del convento, y los chicos en asamblea decisoria sobre el futuro de la comunidad. Pensé que el Sindicato Democrático que los estudiantes proyectaban era una esperanza para el futuro, pero que había mucho, mucho trabajo que hacer en aquel futuro.»102
La visión de cómo el régimen contempló estos actos de rebeldía estudiantil vino descrita en el documento que el fiscal que llevó el caso llegó a proponer en un concepto restringido, detallando la reunión como relajadora del sentimiento nacional, promovedora o difusora de las actividades separatistas y como intento de implantación de la división entre los estudiantes, acusaciones que aportaban un agravamiento de las penas. Sin embargo, lo importante fue que, a corto plazo, estos actos de represión policial influyeron en que días después ciento treinta capuchinos y religiosos se concentraran ante la Prefectura de la Policía Armada protestando por la agresión al estudiante Joaquín Boix ocurrida el 11 de mayo de 1966. Tres días después, 250 sacerdotes, 150 según Mundo Obrero103, se concentraron en el patio del episcopado ante el arzobispo de Barcelona, doctor Gregorio Modrego Casaus, entregándole un documento donde