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Antonio Gramsci y el Trabajo Social. JuanManuel Latorre
Читать онлайн.Название Antonio Gramsci y el Trabajo Social
Год выпуска 0
isbn 9789585188099
Автор произведения JuanManuel Latorre
Жанр Социология
Издательство Bookwire
El regreso de Gramsci se debe, además, a la relectura constructivista y posmarxista de Ernesto Laclau y Chantal Mouffe (2010), que puso en primer plano el concepto de hegemonía. Este término es relevante asimismo para el llamado «ciclo nacional-popular latinoamericano» (2002-2013), iniciado con el chavismo y seguido en países como Bolivia, Ecuador, la Argentina kirchnerista, el Brasil de José Ignacio Lula Da Silva, y que entró en claro retroceso en el año 2013 con la caída del precio internacional del petróleo y la muerte de Hugo Chávez.
Estos procesos políticos trajeron de nuevo la necesidad de repensar el legado de Gramsci para la política contemporánea. De ahí que conceptos como reforma cultural y moral, sociedad civil, guerra de posiciones, lucha por el sentido y la cultura, sentido común, papel de los intelectuales, bloque histórico, voluntad popular y colectiva, voluntad común, articulación política, etc., vuelvan a estar a la orden del día para pensar las posibilidades de la política en sociedades cada vez más plurales, diversas y complejas, y donde no se acepta la muerte de la política o pospolítica, como la llamó Jean Baudrillard (2006), sino que se concibe la historia de manera abierta a la acción práctica, humana y transformadora. Ahora, si clásico es también un autor cuyo arsenal teórico puede usarse en otras disciplinas diferentes a aquella o aquellas en las que realizó su aporte específico, ¿por qué Gramsci y algunas de sus categorías son relevantes para el trabajo social? Responder esta pregunta es el fin del presente trabajo.
Inicialmente, la investigación estaba centrada en la teoría gramsciana del intelectual orgánico y sus posibles aportes al quehacer del profesional del trabajo social. Si el intelectual tiene un papel central en la lucha política, pues no solo interactúa en una relación de sujeto/sujeto con la masa y elabora de una manera unitaria, sistemática y coherente una visión del mundo, sino que la retroalimenta, para impulsar el cambio y crear una contrahegemonía, disputándole el consenso creado a la clase dominante (Gramsci, 1967); si el intelectual crea ideología, hegemonía y se coeduca con el pueblo, es factible determinar los aportes gramscianos al papel que cumple el profesional del trabajo social en su labor de intervención. De esta manera, es posible pensar en un profesional movilizador de una consciencia crítica, comprometido con una contrahegemonía que nace de la sociedad civil y provoca cambios o transformaciones sociales para superar el conservadurismo de la profesión (Morell, 2002; Netto, 2006.
La tesis preliminar era que la teoría del intelectual orgánico del filósofo y revolucionario italiano, revisada analíticamente y con profundidad, podía ofrecer insumos importantes para la práctica del profesional del trabajo social. Sin embargo, durante el proceso investigativo se hizo evidente que la categoría no podía pensarse al margen de otros temas gramscianos, en particular, la concepción del hombre, la ideología, la hegemonía y el sentido común. De tal manera que el proyecto se amplió hacia la necesidad de pensar el trabajo social en relación con esas nuevas categorías gramscianas.
Este nuevo enfoque representa un avance significativo, pues, por un lado, permite una lectura más integral del pensamiento de Antonio Gramsci, y, por otro, explora de manera más amplia los aportes del filósofo italiano al trabajo social. Esta nueva mirada se articula, entonces, bajo la pregunta ¿cómo aporta el pensamiento de Gramsci al proyecto ético-político del trabajo social?
Debe recordarse que el proyecto ético-político del trabajo social se empezó a pensar justo después de los años sesenta, en la llamada reconceptualización de la disciplina-profesión y que, en gran parte, ese proceso se debió a las nuevas miradas del pensamiento crítico, entre ellas, la del marxismo. El objetivo era crear una autoimagen de la profesión, con objetivos, valores y horizontes políticos definidos, comprometidos con la transformación de la sociedad, para así superar el carácter normalizador, disciplinador y adaptativo de la profesión al orden social capitalista dado (Montaño, 2006). En este contexto se dio también la recepción del pensamiento de Gramsci en Colombia y en América Latina, como se muestra en el capítulo dos.
En este orden de ideas, la presente investigación explora los posibles aportes del pensamiento de Antonio Gramsci a la configuración de un nuevo proyecto ético-político para el trabajo social, que aquí se denomina tentativamente «trabajo social crítico y emancipatorio» (en adelante, TSCE). El diálogo entre Gramsci y el proyecto ético-político del trabajo social se aborda en el siguiente orden: una fundamentación antropológica para el trabajo social; el papel que juega la ideología en el proyecto ético-político; el rol de la hegemonía en la construcción de un TSCE; la función que desempeña la profesión y el profesional en la disputa del sentido común de la sociedad; el rol del intelectual orgánico que debe cumplir el profesional del trabajo social, y finalmente se plantean algunas relaciones entre la educación en Gramsci y el trabajo social.
Con esta investigación se espera contribuir a un diálogo pendiente en Colombia, pero que ha tenido ciertos desarrollos, como se mostrará más adelante, en las escuelas de trabajo social en Chile y Brasil. De esta manera, se contribuye filosóficamente a la lectura del trabajo social en Colombia.
Marco teórico
El marco teórico de la presente investigación está constituido por el gran cúmulo de estudios alrededor de la obra de Gramsci, así como por variadas discusiones en torno al proyecto éticopolítico del trabajo social. En el primer caso, la obra de Gramsci debe ser leída como un aporte fundamental al marxismo y como una crítica radical al marxismo vulgar, su positivismo y mecanicismo. En este sentido, el espíritu de su obra se enmarca en los aportes de autores tan importantes para el marxismo de las dos primeras décadas del siglo pasado como lo fueron Georg Lukács (1984) y su Historia y conciencia de clase, y Karl Korsch con el fundamental Marxismo y filosofía (1971), ambos de 1923. Asimismo, se destacan algunos de los postulados de Herbert Marcuse (1981), quien no solo se percató del desplazamiento de la clase obrera y su absorción por la sociedad industrial avanzada (lo que ya Gramsci llamaba americanismo), sino que es el teórico de lo que se llamó la Nueva Izquierda, que también alumbró el problema de la articulación de distintos grupos y sectores políticos.
En este sentido, son imprescindibles las relecturas del pensador argentino, recién fallecido, Ernesto Laclau y de Chantal Mouffe (2010) en Hegemonía y estrategia socialista, así como la revisión de sus tesis por pensadores latinoamericanos como José Aricó (2005, 2011) y Juan Carlos Portantiero (1999, 2015). En estos casos, el pensamiento de Gramsci es un referente para la construcción de alternativas políticas al mundo hegemónico capitalista.
En segundo lugar, el marco teórico lo constituyen las disputas epistemológicas sobre el objeto, los modelos y los fines del trabajo social (García y Meneses, 2009). Esta discusión está relacionada con profundos cambios sociales y epistémicos que se han venido dando desde el siglo XIX hasta lo que va del siglo XXI. En este sentido, para esta investigación es muy importante el giro reconceptualizador de los años sesenta y setenta del siglo pasado, que puso de presente la necesidad de articular el marxismo y el pensamiento crítico con la concepción del trabajo social, la mirada central a la categoría de conflicto y el papel político del profesional. Esto es, el ejercicio de poner en un primer plano el compromiso social con las transformaciones de largo aliento, con el ánimo de superar las visiones de “corto alcance”, asistencialistas, inmediatistas y sin una clara concepción del mundo. Para este ejercicio se destacan aportes sobre la historia y reflexión del trabajo social en los títulos presentados por Manuel Manrique Castro (1982) en De apóstoles a agentes de cambio: el trabajo social en la historia latinoamericana; Carlos Montaño (1998, 2006) en