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Ambiente de aprendizaje. Sonia Krumm
Читать онлайн.Название Ambiente de aprendizaje
Год выпуска 0
isbn 9789877984613
Автор произведения Sonia Krumm
Жанр Документальная литература
Издательство Bookwire
4 Las escuelas de los profetas. Constituyen la primera referencia a la educación institucionalizada. Las familias ya no cumplían cabalmente su misión educadora; por lo tanto, Dios proveyó de personas con habilidades de liderazgo y preparación para que instruyeran a otros. En estas escuelas se estudiaba la Ley de Dios, historia, música y poesía. El trabajo físico era un pilar de aprendizaje también, a la par de los tutores.
5 La escuela del niño Jesús. Dios estableció un modelo de crianza y educación para su Hijo en esta tierra, y volvió a dar la responsabilidad a la familia para esta delicada tarea. Sus padres, y no las escuelas de los rabinos que dominaban la cultura de la época, serían los encargados de educar al niño Jesús. El currículum estaba constituido por el trabajo útil, la Palabra de Dios, la naturaleza, y los problemas de la vida que iría enfrentando y resolviendo. Su madre le enseñó a leer y comprender lo que leía.
Actividad 4: Mesa de discusión¿Qué ideas de los modelos educativos divinos conservamos en la educación actual? ¿En qué acciones visualizamos algunos rasgos que perduran?¿Puede considerarse a la familia actual como el agente educativo principal de las personas?¿Qué ventajas y qué limitaciones tiene la educación institucionalizada?Al mirar los contenidos que constituyeron el currículum para la escuela en el hogar del niño Jesús ¿cuáles crees que deberían ser los contenidos indispensables y prioritarios en un currículum escolar? ¿Por qué?¿Por qué crees que el trabajo es una herramienta didáctica a lo largo de la historia de la humanidad en los modelos educativos de Dios?¿Qué peso tiene el conocimiento de Dios y de su plan de salvación en este modelo? ¿Cuánto peso real debería tener hoy en el currículum de las escuelas? |
Bouvet de Korniejczuk (2005) sostiene que siguieron largos siglos de silencio en lo que respecta a nueva orientación divina, y que recién la Reforma y la Contrarreforma pusieron en discusión los modelos tradicionales y rígidos que había impuesto la Edad Media, donde el saber era para unos pocos privilegiados. En este contexto arbitrario, el conocimiento de Dios se oscureció y los seres humanos se apartaron más y más del plan original de restauración. Muchos siglos después, Dios inspiró a Elena de White lineamientos para construir modelos aplicables a estos días, en base a principios que se mantienen desde la creación del mundo.
Otras formas de enseñar, otras formas de aprender
¿De qué manera eligen aprender las personas? ¿Qué estrategias de instrucción utilizan? ¿En qué medio aprenden mejor, en espacios abiertos, bajo el sol y los árboles, en la cocina de la casa, en un aula bien equipada? ¿Solos, con amigos o instructores? ¿Leyendo, escribiendo, haciendo, experimentando?
Estas preguntas tienen muy variadas respuestas y, sin embargo, la educación de hoy prevé pocas opciones. Se presume que son mejores (o al menos más prácticas/económicas/eficientes) ciertas maneras institucionalizadas de organizar el aprendizaje. Pero esto no fue siempre así.
Gvirtz, Grinberg y Abregú (2012) realizan un “tour” histórico por distintos tipos de escuelas a lo largo de los siglos, que permite entender el progreso de nuestra idea de “ambiente de aprendizaje”. Ni las autoras mencionadas ni esta obra pretenden agotar todos los modos de escolarización de la historia; solo se presentan algunos modelos sobresalientes. A continuación, se expone una breve síntesis de los aportes de diversos tipos de escuelas y propuestas educativas.
Escuelas sobre alfombras. El pueblo hebreo sostenía un sistema educativo familiar (como se vio en el segundo modelo divino), en el cual los maestros eran los padres, que congregaban a sus hijos de distintas edades sobre una alfombra para enseñarles a leer y escribir. Los padres además oficiaban de modelos para el aprendizaje de oficios, que sus hijos aprendían y practicaban como modo de sostén para la vida. Transmitían de esta manera la herencia cultural y laboral, las creencias y la religión.
Escuelas atenienses. A diferencia de los hebreos, los padres atenienses de élite confiaban la educación de sus hijos a un preceptor que posteriormente evolucionó a la figura de pedagogo: un esclavo que acompañaba al niño y le ayudaba en sus tareas de aprendizaje de música y lectura. La educación sistemática estaba limitada a las clases sociales privilegiadas, de manera que actuaba como divisor y conservador de las clases sociales.
Escuelas romanas. La asimetría entre docente y alumno en la Roma del siglo III d.C. se hacía notar en la conformación física del aula: el maestro se sentaba en un sillón y los estudiantes en el suelo o sobre piedras. El castigo físico y la severidad eran parte del método pedagógico con el cual se sostenía la autoridad del maestro.
Uno a uno. Por el siglo XV, los príncipes y las clases acomodadas eran educados por una persona exclusivamente dedicada a esa tarea. Uno enseñaba las lecciones y otro escuchaba y repetía. No se hacía en un ambiente especial, sino que alrededor la vida continuaba en el bullicio natural de la casa o el palacio. El ambiente de aprendizaje era ruidoso. La elección del contenido del currículum era arbitraria.
Didáctica magna: métodos y principios para enseñar. Por el siglo XVII, el teólogo y pedagogo Juan Amós Comenio pensó y sistematizó principios metodológicos para una didáctica, es decir, maneras apropiadas y efectivas de enseñar para que los estudiantes aprendan. Propició una educación universal y para todos, y organizó la escuela en términos de tiempos, contenidos y conductas de los alumnos. Destacó el desarrollo espontáneo de los niños y la educación natural. Además, determinó qué habría de enseñarse en cada nivel y cómo hacerlo (Asprelli, 2010).
Enseñanza simultánea. Juan Bautista La Salle, sacerdote y pedagogo francés (1651-1719), se dedicó a la educación masiva de niños pobres y a la formación docente. Fomentó las prácticas escolares de grandes grupos y la simultaneidad de la enseñanza, en base a un modelo estructurado en el orden y el control. La propuesta era muy similar a la de una misa, en la cual una persona (el sacerdote) se dirige desde un lugar elevado a un grupo grande de personas que escuchan. Los alumnos debían tener pupitres separados unos de otros, que los mantenían aislados e inmovilizados. Los docentes debían estar preparados para disciplinar y mantener el orden de la clase.
Enseñanza mutua. Dado que enseñar a una gran cantidad de alumnos de distintos niveles, congregados en un inmenso salón, era una misión bastante difícil, Joseph Lancaster y Andrew Bell, ambos pedagogos ingleses, propusieron un sistema que facilitaba la enseñanza y el aprendizaje: el sistema lancasteriano o monitoreal. Los alumnos avanzados se constituían en monitores, que se sentaban en la primera fila del aula. El maestro enseñaba el tema a estos estudiantes, y ellos, a su vez, repetían el procedimiento con un grupo menor de compañeros. El sistema piramidal funcionó para atender la educación masiva a fines del siglo XVIII. Este modo de organizar la enseñanza pudo haber tenido su inspiración en el modelo jesuita que utilizaba al decurión, un monitor que se encargaba de ayudar a sus compañeros y colaborar con el docente. Al tener clases de entre 200 y 300 estudiantes, las dividían al mando de alumnos destacados.
Escuelas de la industrialización. La migración de las familias agricultoras a los centros urbanos para sumarse a los trabajos industrializados provocó la necesidad real de tener escuelas que cumplieran la función social y pedagógica que las familias ya no podían cumplir. Un ejemplo de estas escuelas fueron las fundadas por Robert Owen (1771-1858) para educar masiva y tempranamente a los hijos de obreros de sus hilanderías en Escocia. Owen pretendía aunar la cultura con el trabajo. Procuró el uso de espacios externos al aula, los trabajos grupales y tareas que fomentaran la colaboración y la solidaridad desde corta edad (Penchansky y San Martín, 1995).
En este contexto de industrialización surgió la idea de “ciudadano”, quien necesitaba ser formado como tal y “disciplinado”, para organizar así la