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por su sabrosa carne en ensaladas o relleno. Aquí, se pueden encontrar fresas con la etiqueta Label Rouge en Ciflorette, Charlotte y Gariguette. Por último, la trufa blanca de verano se puede hallar en varios mercados en temporada, para disfrutarla en ensaladas, como aperitivo o en rodajas sobre pequeñas tostadas. Pero, como más se aprecia es en mantequilla, untada en un buen pan de pueblo.

       www.tourisme-lotetgaronne.com

      

      Valle del Dordoña

      Valle del Dordoña. Château des Milandes.

      © OSTILL is Franck Camhi – shutterstock.com

      Esta es la región de los mil y un castillos y de los bellos pueblos, la Ruta de los vinos de Bergerac y de los toques (restaurantes) del Périgord. Este valle bañado por el Dordoña, Reserva de la Biosfera de la Unesco, es también uno de los destinos preferidos por los gastrónomos. Desde la meseta de Millevaches, sumérjase en el río Vézère y recorra el valle de cueva en cueva hasta llegar a Lascaux, donde podrá iniciarse en el arte rupestre. Siga los pasos de Josephine Baker en el castillo de Milandes y diviértase contando torres en Collonges-la-Rouge. Hay veinticinco. Y duerma... en una casa troglodita

       Un patrimonio monumental excepcional

      Entre sus muchos atractivos patrimoniales, la campiña está salpicada de magníficos edificios, castillos, casas solariegas e iglesias románicas. Y qué bello es pasear por las calles típicas y estrechas de los pueblos más bonitos de Francia y por los centros históricos bien conservados de las ciudades. Hay que ver Sarlat, sus calles empedradas, sus muros de piedra, sus tejados de esquisto y subir a lo alto del campanario de Santa María en un ascensor panorámico de cristal para gozar de una vista única de los tejados y los alrededores. Hay que acercarse hasta el pie de La-Roque-Gageac, pasear por los jardines de la mansión de Eyrignac o los de Marqueyssac... y visitar al castillo de Castelnaud. Y, por supuesto, hay que ver Collonges-la-Rouge y sus edificios de arenisca roja y su iglesia de San Pedro, del siglo XII.

       Desde la Prehistoria

      El hombre ocupa este territorio desde hace 17000 años. Las pinturas rupestres de Lascaux y los quince yacimientos prehistóricos que se concentran en el valle del Vézère son testigo de su presencia y forman parte de las joyas clasificadas como Patrimonio Mundial por la Unesco. De hecho, el valle del Dordoña alberga el Centro Internacional de Arte Rupestre de Montignac Lascaux, que invita a los visitantes a seguir las huellas de nuestros primeros antepasados. Más allá de la Prehistoria, con sus bastidas medievales, pueblos catalogados, castillos, museos y su clasificación como País de Arte e Historia, el Valle del Dordoña es uno de los destinos franceses más ricos en patrimonio.

       Eventos culturales

      A lo largo del año, la región acoge festivales y eventos relacionados con la música, el mimo, el cine y la gastronomía.

       Actividades verdes y azules al aire libre

      Los amantes de la naturaleza pueden disfrutar de muchas actividades: piragüismo, paseos a pie o en bicicleta, golf, escalada, pesca, wakeboard, espeleología...

       Placeres gastronómicos

      La gastronomía local se presenta en los mercados, las ferias gastronómicas, los viñedos, pero también en los restaurantes, las fondas o los restaurantes con estrella. Para disfrutar de un día de mercado, vaya a Brive-la-Gaillarde, conocida tanto por sus especialidades gastronómicas como por su equipo de rugby. También está el mercado nocturno de Sarlat, donde se puede comprar foie gras, boletos, magret y confit, y, según la temporada, trufas, nueces, fresas...

       Algunas cifras

      - 191 yacimientos y monumentos visitables;

      – 15 yacimientos prehistóricos declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco;

      – 556 kilómetros de vías navegables.

      www.dordogne-perigord-tourisme.fr; www.tourismecorreze.com

      

      Limoges

      Limoges.

      © capude1957 - stock.adobe.com

      Limoges combina el saber vivir y comer francés con los servicios de porcelana que adornan las mesas más prestigiosas del mundo. Por esto, fue reconocida por la Unesco como Ciudad Creativa. Acérquese a Limoges para conocer los talleres de esmalte y porcelana, pero también para jugar al golf, asistir a un concierto o bucear en el lago de Saint Pardoux. Recuerde que tiene una cita en la calle de la Boucherie (« carnicería ») con motivo de la fiesta gastronómica Frairie des Petits Ventres, un evento tradicional que tiene lugar en el mes de octubre.

       Monumentos históricos en el centro de la ciudad

      Los barrios de Boucherie y de la Cité, que se extienden alrededor de la catedral con sus casas de entramado de madera y sus bares, siguen siendo los más pintorescos de Limoges. Aquí encontrará, además de las mencionadas casas de entramado, restaurantes gastronómicos y tiendas con escaparates a la antigua usanza. La calle de la Boucherie debe su nombre a las carnicerías y casquerías que había en el siglo pasado.

       Las rutas de la porcelana

      Veintidós empresas de porcelana de Limoges se han unido en una red para representar y promover la tradición de la porcelana de Limoges, protegida por una IGP (Indicación Geográfica Protegida).

       www.routes-porcelaine-limoges-hautevienne.fr

       Visitas culturales

      No se pierda la visita al Museo Nacional de la Porcelana Adrien Dubouché. Renovado y dotado de una museografía repensada, ofrece un emocionante viaje a través de la historia de la cerámica siguiendo el ritmo de las civilizaciones y los continentes, y muestra una colección de porcelana excepcional. Visite también el Four des Casseaux y sea testigo del titánico trabajo realizado por los trabajadores de la porcelana durante la cocción de las piezas de porcelana en el siglo XIX. El Museo de Bellas Artes le permitirá descubrir una magnífica colección de esmaltes de la Edad Media y notables obras contemporáneas. La sala dedicada a los pintores impresionistas alberga cuadros de Renoir, nacido en Limoges, y obras de Suzanne Valadon, nacida en Bessines, al norte de Limoges, y madre de Maurice Utrillo. Encontrará el Museo de la Resistencia en el barrio de la Cité.

       Compras dirigidas

      No podrá dejar pasar la oportunidad de visitar las tiendas de las fábricas de porcelana: Bernardaud, Haviland, Royal Limoges... Si le interesa el cuero, diríjase a la tienda de la fábrica Weston, donde elaboran zapatos de lujo desde 1891.

       La estación de Bénédictins

      Este

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